Diálogo vitalista con Pepe Dámaso

Dicen que Pepe Dámaso es un hombre desarraigado y a lo mejor por ello se presentó en la sala Iriarte del Hotel Botánico con 83 años y con una vitalidad envidiable.

Dicen que Pepe Dámaso es un hombre desarraigado y a lo mejor por ello se presentó en la sala Iriarte del Hotel Botánico con 83 años y con una vitalidad envidiable. Venía a cumplir su compromiso con Wolfgang Kiesling y con sus compañeros artistas, al igual que con algunos de sus amigos que le admiramos. Participó en el segundo diálogo, organizado para conocer su paisaje artístico, ese cúmulo de historias que le caracterizan, su vida y obra. Fernando Castro Borrego, profesor y crítico de arte, lo desnudó profesionalmente como pintor, cineasta y diseñador. Le descubrió su larga vida y la contó en relación con su obra, diversa y abigarrada. A Pepe se le notaba que le gustaban los comentarios de su amigo Fernando. El polifacético artista nació en Agaete cuando “reinaba” la II república española y aún el Dedo de Dios se mantenía erguido en la costa norte de Gran Canaria y el padre Teide era saludado cada mañana por el joven Dámaso. Sus vivencias en su Villa natal les sirvieron para recopilar y plasmar en sus telasla historia de algunos de sus vecinos, especialmente de la maestra Juanita que dio nombre a una de las series pictóricas de los albores de Pepe. La piedady el sufrimiento aparecieron también en la conversación.

Provocadora resultó la pregunta sobre sus relaciones con César Manrique, a quien conoció en 1954. Pepe Dámaso lo dejó claro y lo colocó en las nubes del mundo artístico. Me llamó la atención las conversaciones que mantuvieron sobre la muerte. César no quería la incineración, prefería contribuir a la vida del cosmos con sus restos mortales. Se les notaba que ambos eran vitalistas.
Otra sorpresa fue la Medusa de Haeckel, el prusiano seguidor de Humboldt que visitó el Teide en la época del romanticismo, acuñó el término ecología y le gustaba pintar.Fue una verdadera delicia escuchar las contestaciones de Pepe Dámaso en respuesta a las preguntas y comentarios del profesor Castro Borrego. De manera especial cuando anunció su contribución artística al programa elaborado por la ACH para recordar en 2019 los 220 años del paso de Humboldt por Canarias y los 250 de su nacimiento en Berlín. Pepe tiene claro que Canarias no puede olvidar a Humboldt, como no lo olvidaron Loro Parque ni el Hotel Botánico en el año de 1999, bicentenario del paso de Humboldt por Canarias. La actividad demostró una vez más que el Hotel Botánico es un lugar de encuentro para conocer el arte canario y que Pepe Dámaso tiene tablas, humanismo y vitalidad.

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