El FC Barcelona y el ‘procés’

En esta tierra de magos, escucho el tronar de los voladores cuando el Barça cubre una de sus gestas, o triunfa en un clásico

En esta tierra de magos, escucho el tronar de los voladores cuando el Barça cubre una de sus gestas, o triunfa en un clásico. El miércoles, el Real Madrid eliminó al Atlético de la Champions. Ni un solo estampido. Ahí es donde se ve la diferencia de estilo entre la afición de uno y otro club. El Barça se ha apuntado a la reivindicación independentista. Es decir, no se considera un club español. ¿Y qué dirán de ello sus aficionados de España, que se sienten españoles y que deploran la actitud catalana? ¿Están apoyando, quizá, a una entidad que se considera extranjera? ¿A unos desalmados que quieren separarse de España? Asumo que el FC Barcelona sea algo más que un club; sí, es una entidad deportiva que hace política. Y cuando no pueden ganar en los campos de fútbol comentan que al palco del Bernabéu se va a hacer negocios. Sí, unos van al palco del Bernabéu a hacer negocios y otros roban, como los Pujol, que acudían al del equipo que viste de azulgrana, pero en misión de querubines.

Es mejor no hablar de palcos, ni politizar el fútbol. Los dirigentes del Barça se han declarado partidarios del procés, seguramente bajo presión. El vicepresidente del Barça, Jordi Mestre, tiene sus más importantes negocios en la isla de Tenerife: su familia es dueña de, al menos, cinco hoteles y un auditorio en el sur de Tenerife. Y esto es España. Y su mercado natural es España. Mal asunto cuando los dirigentes de un club tan importante hacen caso a los políticos. Y más en un asunto tan peliagudo como la imposible independencia de Cataluña. Que la política deje quieto al fútbol y que los foguetes truenen cuando gana la Selección Española, que es el equipo de la España unida. En la que, por cierto, juegan varios futbolistas del Barça.

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