La insumisión de José Alberto Díaz

El alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, se ha declarado en rebeldía y ha dicho que no piensa cumplir un acuerdo aprobado por el pleno municipal, una actitud insólita en un cargo público

El alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, se ha declarado en rebeldía y ha dicho que no piensa cumplir un acuerdo aprobado por el pleno municipal, una actitud insólita en un cargo público. Claro que el acuerdo municipal al que nos referimos no es el de su elección como alcalde, ni el de la asignación de su sueldo, faltaría más; lo que José Alberto Díaz no quiere hacer es pedir disculpas por el pelotazo de Las Teresitas, una operación que hizo perder millones de euros a las arcas públicas del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y que fue perpetrada por cargos públicos de Coalición Canaria, partido en el que milita el alcalde lagunero.

La endeble excusa que ha puesto este personaje es que Coalición Canaria de La Laguna no tiene nada que ver con Coalición Canaria de Santa Cruz de Tenerife, que, a su vez, no tiene nada que ver ya con Miguel Zerolo ni los otros condenados de Coalición Canaria, que ya no son del partido ni falta que les hace. Si me apuran, como sigan en esa dinámica va a resultar que Coalición Canaria no existe y el desfalco de Las Teresitas lo llevó a cabo un señor de Cuenca que pasaba por allí.

José Alberto Díaz cumple los acuerdos plenarios que le gustan, los que no le hacen gracia o no conviene a los intereses de su partido quedan sepultados en un limbo de inacción municipal a la espera de que la oposición se canse de protestar y los ciudadanos se aburran de esperar por las soluciones a sus demandas. Si alguien tuviera la paciencia de ver todos los acuerdos que el pleno del Ayuntamiento de La Laguna ha aprobado y comprobara cuántos se han llevado a la práctica se llevaría una sorpresa. Y desagradable.

¿Se ha dado cumplimiento al acuerdo plenario, aprobado por unanimidad, de hacer una auditoría a la empresa mixta Teidagua? No. ¿Se ha creado una comisión de transparencia municipal como aprobó el pleno? No. Y así podríamos seguir hasta cansarnos.

Así que ahora ¿qué hacemos cuando un alcalde se declara insumiso, se niega a cumplir lo que aprueba el pleno y se ríe de la democracia? ¿Mirar para otro lado? ¿No decir ni mú? ¿No hacer nada? ¿Declararnos insumisos cómplices de esta falta de respeto?

Los que votamos a favor de que Coalición Canaria pida disculpas por el pelotazo de Las Teresitas tenemos la obligación moral y política de reprobar al alcalde de La Laguna. Su negativa a cumplir un acuerdo, además de una ilegalidad, es un acto de chulería que nos ofende e insulta a todos los que, cada cuatro años, acuden a las urnas a votar a sus representantes públicos. Y vaya, en la moción aprobada en el pleno sólo se reclama algo tan sencillo, tan simple y tan de sentido común como pedir perdón por algo mal hecho por representantes de un partido político. Nadie pretende que José Alberto Díaz se cubra la cabeza de ceniza, arrastre las cadenas por el consistorio durante un mes y se azote con los folios de la sentencia en la plaza del Adelantado para escarnio público. Nada de eso.

La incapacidad para pedir perdón demostrada por el alcalde lagunero, su exhibición de altanería y su falta de respeto a todos los miembros del pleno y los ciudadanos del municipio que dirige sólo tienen una repuesta: su reprobación. Lo demás es chulearse de la democracia y ponerse -mejor dicho, bajarse- a su altura.

*CABEZA DE LISTA DEL PSOE DE LA LAGUNA Y CONCEJAL

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