superconfidencial

El maquillaje de Macron

El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha gastado 26.000 euros, a razón de más de 8.000 por mes, en maquillaje. Coño, ¿qué granos tiene que ocultar Macron, más bien forúnculos, para untarse la jeta con tanto afán? Comparto el cabreo del contribuyente francés y advierto que esos pequeños detalles son los que derriban a las grandes figuras. A Berlusconi, su afición por las orgías. A Giscard, los diamantes de Bocassa. A Trump, su adicción a hablar con los rusos. Y cosas así. Más grave es lo del coreano del norte, ese gordo infame, cuya afición más evidente son los misiles, hasta el punto de que le van a meter uno de verdad por la nariz y no lo van a encontrar. Mientras el coreano amenaza, Macron se maquilla. A lo mejor es una maniobra de despiste, o igual quiere venir a correr el Mascarita, ponte el tacón al Puerto de la Cruz, envuelto en polvos de Christian Dior. La verdad, no lo entiendo. Llegan al poder y se gastan fortunas en chorradas, que además siempre trascienden porque hasta dentro de palacio tiene Macron enemigos, como es natural y lógico. El francés, desde las épocas de los Luises, siempre ha sido aficionado a los polvos en sus variadas versiones; a los polvos propiamente dichos, al rapé, al maquillaje blanquecino y a afeminarse el rostro en general. No sé, yo creía que esa manía la habían superado, pero se ve que no, porque el presidente Macron se ha gastado una fortuna en el untamiento polvacero. Que además le extiende una maquilladora, creo que de nombre Natacha, o algo así, que debe estar la mar de contenta porque sus honorarios son salados que jode. En fin, no sé cuánto se gastará en el mismo concepto Brigitte, que es la mujer de Macron, y que me parece muy atractiva. A lo mejor, nada.

TE PUEDE INTERESAR