El pasado 27 de enero, la ciudad peruana de Pucallpa observó cómo una especie de bola de fuego atravesaba el cielo. Sin embargo, fue concretamente en Puno, casi a 2.000 kilómetros de donde fue visto por primera vez, la zona en la que el misterioso cuerpo impactó.
Según ha confirmado el secretario general de la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (CONIDA), Gustavo Henríquez, fueron tres objetos, que podrían ser tanques de combustible de algún satélite fragmentado al regresar a la atmósfera, los que cayeron sobre Perú.
Henríquez ha asegurado a la BBC Mundo que “lo más probable es que se trate de tanques de combustible de satélites”. En este sentido, las autoridades estadounidenses han explicado que “un cuerpo de cohete ruso SL-23 reingresó en la atmósfera el 27 de enero de 2018 sobre Sudamérica (cerca de Perú) a las 11:32 pm GMT (6:32 pm hora local) aproximadamente”.
El lugar en el que cayeron las denominadas por los medios locales “bolas de fuego incandescente” ha sido protegida para que ningún individuo pueda tener contacto hasta que finalice la investigación pertinente.
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