educación

Las enseñanzas artísticas se reinventan

Los ciclos de Ilustración y Revestimiento de Murales han apreciado una mayor demanda de profesionales dedicados al tatuaje o la elaboración de grafitis en los últimos años
Algunos de los alumnos de la Escuela de Arte Fernando Estévez, en Santa Cruz. Andrés Gutiérrez
Algunos de los alumnos de la Escuela de Arte Fernando Estévez, en Santa Cruz. Andrés Gutiérrez
Algunos de los alumnos de la Escuela de Arte Fernando Estévez, en Santa Cruz. Andrés Gutiérrez

La sociedad ha cambiado y reclama nuevos métodos en los sistemas de formación, de tal manera que puedan atender así a las nuevas profesiones. La Escuela de Arte Fernando Estévez, ubicada en la capital tinerfeña, es uno de los centros que ha apreciado este cambio en la demanda social y ha visto en los últimos años cómo ciclos formativos que se impartían desde hace tiempo, algunos con menos interés que otros por parte de los jóvenes, se están reinventando y posicionando como elementos clave para formar a personas que atiendan a nuevos sectores profesionales. Este es el caso, por ejemplo, de grafiteros o de tatuadores, profesiones de (más o menos) reciente creación que han encontrado en algunos de los ciclos que se imparten en la Isla herramientas para formarse.

Dos de estos ciclos formativos que han apreciado ese cambio en la demanda del alumnado han sido el de Ilustración (grado superior) y el de Revestimiento Mural (grado medio). Así, fuentes del centro -que cierra la preinscripción el día 25 de este mes- explicaron al DIARIO que, aunque ambos se implantaron en el 2000, en los últimos años se ha apreciado una mayor demanda por parte de los estudiantes. Esta tendencia se detecta, sobre todo, en el de Revestimiento Mural, ya que mientras que en sus inicios la cifra de matriculados era bastante reducida, en los últimos dos cursos ha crecido considerablemente, hasta alcanzar los 24 actuales. Así, algunos jóvenes que se dedican al grafiti se matriculan, e incluso este centro ya tiene varios encargos artísticos para decorar espacios públicos. Esta es la situación de David Gutiérrez que, aunque ya trabajaba como grafitero antes, empezó este curso el ciclo para formarse.

“Antes estaba muy mal visto pintar en las paredes, pero ya no, y me parece bien que se oferten estos ciclos”, afirmó. Aarón Herrera es otro estudiante de la escuela. En su caso, lleva varios años ejerciendo como tatuador y ha querido ampliar sus conocimientos y mejorar su técnica formándose en el ciclo de Ilustración. “Hay muy poca oferta homologada”, añadió, al tiempo que mostró su satisfacción por la decisión. Este ciclo, que cuenta con 45 alumnos, aunque siempre ha tenido una demanda importante, hoy en día aprecia otros perfiles profesionales, y con otras utilidades, entre su alumnado, como es el caso del propio Aarón.

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