Canarias acumula ya un total de 36 fallecidos a causa de la gripe, lo que supone un crecimiento del 28,5% con respecto a la cifra del pasado año, cuando se detectaron 28 muertes por esta enfermedad en el Archipiélago. Este incremento es aún mayor si se compara con la de hace dos temporadas (2015-2016), ya que en ese momento la gripe se saldó con 12 fallecidos, lo que supone que en dos años se ha triplicado.
A falta de concluir la actual campaña 2017-2018, las cifras de la Red de Vigilancia Epidemiológica del Gobierno de Canarias, correspondientes a la semana 19 (la campaña se cierra en la semana 20) reflejan una mayor incidencia del virus durante esta temporada, no solo por el incremento en el número de defunciones, sino también por el de casos graves que casi se ha duplicado en un año (ha pasado de 154 a los 285 actuales).
Lo cierto es que algunos expertos han indicado que este año la eficacia de la vacuna ha sido menor a la de otros periodos. Esto se debe a que para la citada dosis se utilizan tres variantes del virus (dos del tipo A y uno del tipo B) y esta campaña ha predominado una variante del tipo B. No obstante, lo cierto es que de la totalidad de 36 fallecidos hasta el momento, solo cuatro de ellos habían recibido el fármaco. Además, como refleja el último informe oficial, de los 285 casos graves detectados en las Islas, el 80% de los pacientes no estaba vacunado.
Para la actual campaña de vacunación, que arrancó el pasado 23 de octubre, la Consejería regional de Sanidad destinó 969.280 euros a la compra de 232.000 dosis de vacuna frente a la gripe, complementadas con 20.000 dosis de antineumocócica. A estas últimas se le asignó una inversión de 240.000 euros. Entre los grupos de riesgo a los que se recomienda la vacunación se hallan las personas mayores, trabajadores sanitarios, embarazadas y pacientes crónicos cardiovasculares, neurológicas o pulmonares, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.
El catedrático de Microbiología Antonio Sierra explicó a DIARIO DE AVISOS que este año el incremento en el número de muertes se debe a la virulencia del virus, ya que ha sido mayor que en otros años, pero lejos de cepas más agresivas. Además, el experto desvinculó este incremento a la reducción de la efectividad de la vacuna, ya que recalcó que la mayor parte de fallecidos y de casos graves no estaban vacunados. Asimismo, adelantó que solo el 57% de las personas mayores de 65 años ha recibido la dosis y abogó por seguir incrementando el porcentaje para que la población este más protegida frente a la enfermedad. Sierra puntualizó que el brote de esta temporada ha sido moderado, con un pico de algo más de 200 afectados por cada 100.000 personas, similar al del año pasado. Además, añadió que el virus que más ha circulado ha sido el de tipo B.
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