los llanos de aridane

Así sembraron los laureles aridanenses en 1863

María Victoria Hernández halla una fotografía de la plantación de estos árboles procedentes de Cuba, que son todo un símbolo de la ciudad

Estaba a la vista de todos, en un archivo de acceso público a través de internet como el de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac), pero solo los ojos de María Victoria Hernández, que conoce Los Llanos de Aridane como la palma de su mano, lograron identificar plenamente una instantánea de hace 155 años y que recoge el momento en que se sembraron los laureles de india de la plaza de España y la acera Ancha en pleno corazón de este municipio y que son todo todo un símbolo de la ciudad.

La investigadora y Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane recuerda la emoción que sintió en el mes de enero al descubrir que la fotografía que conserva este institución dependiente del Cabildo de Gran Canaria correspondía con aquel momento de 1863. Una imagen en la que se puede apreciar que los árboles, en el momento de la plantación, estaban protegidos por unos “jaulones” de madera. Una fotografía estereoscópica de cuya existencia le había puesto en aviso años atrás Antonio Carrillo Kábana.

“Pero los años fueron pasando hasta el pasado mes de enero, cuando encontré otra copia en el espléndido y cuidado archivo, con acceso público digital, de fotos antiguas de Canarias de la Fedac”, comentó la Cronista, quien concretó que “la imagen está catalogada entre 1864 y 1868 y pertenece a la colección del recordado amigo José Antonio Pérez Cruz”.

Luego llegó toda una labor de investigación, contrastando con la prensa del momento detalles sobre el plan de embellecimiento que se estaba realizando en la época para sacar el máximo partido de información de esta imagen que presentó este viernes en una conferencia en el Casino Aridane. Hernández cedió una reproducción a gran escala de esta fotografía a esta institución de Los Llanos para divulgar su existencia.

Por último, recordó que el origen de estos árboles de hoja perenne en la ciudad aridanense proceden de la remisión en 1863 de plantones desde Cuba por parte de emigrantes palmeros en la isla caribeña en el barco Bella Engracia.

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