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El artefacto hallado en Tijarafe no contiene carga explosiva

Efectivos del Tedax se desplazaron a la isla para analizar lo que se especula que podría tratarse de una carga de fondo relacionada con el amerizaje de un caza norteamericano en la costa del municipio durante la segunda Guerra Mundial

Un equipo formado por tres efectivos de la Guardia Civil de la unidad de Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax), se desplazó ayer a La Palma desde Tenerife para analizar el objeto que aparenta ser una carga de profundidad y que se encontraba en la costa de Tijarafe. Aunque no se sabe con certeza la naturaleza del artilugio, los especialistas pudieron comprobar que no disponía de carga explosiva y trasladarán el objeto a Tenerife para tratar de conocer su naturaleza, según informaron fuentes de la Guardia Civil.

Fue el pasado viernes, cuando la Guardia Civil decidió acordonar el lugar donde se encontraba el artefacto ante la posibilidad de que se tratara de un explosivo, una vez que el propio alcalde de la localidad, Marcos Lorenzo, advirtiera de su presencia en la zona. Por su forma y tras consultar incluso con miembros de la Armada, se ha especulado con la posibilidad de que fuera un explosivo para el combate contra los submarinos.

Cuentan vecinos de Tijarafe que llevaban años viendo esa especie de “bombona” cerca del camino viejo que conduce al porís de Tijarafe , pero nadie sospechaba que podría tratarse de un explosivo militar, aunque sí relacionada de alguna manera con aquel caza norteamericano F4F Wildcat que amerizó frente a la costa tijarafera en 1944 y cuya memoria, precisamente, se está recuperando estos últimos años, dada la singularidad del suceso.

John F. Carr, que falleció este año, pilotaba aquella nave y dejó constancia de su experiencia en aquel 29 de mayo, en el que despegó del portaaviones Block Island, con la finalidad de atacar a un submarino alemán que estaba navegando en la zona. En la operación participaban un total de seis cazas, que se vieron sorprendidos cuando el submarino al que trataban de atacar, destrozó con varios torpedos el portaaviones americano.

Esto obligó a que los aviones que estaban en el aire buscaran un espacio donde aterrizar. Carr lo hizo en el mar, cerca de una isla que pensó que se trataba de Madeira, pero que resultó ser La Palma. Pescadores de Tijarafe lo recogieron al amanecer de una piedra próxima a la costa hasta la que pudo acercarse de noche y lo llevaron a tierra, donde recibió las primeras atenciones.

F4F Wildcat, en formación. | National Archives & Records Administration

El piloto, que tras la guerra se licenció en Derecho y trabajó en la industria aeroespacial, contó su experiencia en la revista Experience of War, de la que se ha hecho eco el portal Palmeros en el mundo, recordando con todo lujo de detalles el proceso que vivió en La Palma, donde fue trasladado de Tijarafe a Argual, al encontrarse en ese enclave de Los Llanos de Aridane el Regimiento 133 del ejército español.

En total permaneció La Palma 10 días, en los que recordó que fue atendido con amabilidad, permitiéndole escuchar la radio e, incluso, dar paseos por la ciudad. Desde La Palma fue conducido a Gibraltar, donde las tropas norteamericanas tenían una base.

Marcos Lorenzo, pese a sospechar que el artefacto podía tratarse de un objeto relacionado con aquel suceso, reconoce que jamás se le había pasado por la cabeza que pudiera tratarse de un explosivo. Al igual que a tanta otra gente que transita este camino.

Sea como fuere, ahora habrá que esperar al estudio que hagan los especialistas para conocer si el artefacto forma parte o no de este capítulo de la historia, que trasciende el ámbito local, al tratarse del único piloto norteamericano apresado en España. El alcalde, tras conocer el resultado, aseguró que continuarán investigando el objeto y si estuvo vinculado a la llegada a Tijarfe de aquel piloto que cuentan que era tan alto que casi no encontraron ropa en la isla que darle.

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