Hijo de un arriero de San Andrés y Sauces, el “azar y las convicciones”, convirtieron a Norberto Batista en uno de los médicos especialistas en Oncología más prestigiosos de Europa, y en algo que también destacan todos los que lo conocen, una buena persona. Virtudes que se pusieron de manifiesto en la entrega de la distinción del título de Hijo Predilecto de La Palma, en un emotivo acto que se celebró ayer en el Teatro Chico de la capital palmera.
Norberto Batista, jefe de la Unidad de Oncología del Hospital Universitario de La Laguna, agradeció al Cabildo este reconocimiento a la vida de “un modesto médico”, que nació en 1949 en San Andrés y Sauces y que, con 13 años, marchó a Santa Cruz de Tenerife para ayudar a su tío en un bar que acababa de comprar.
La faena en el negocio la compatibilizó con los estudios de secundaria hasta pasar el preuniversitario en 1968. Fue precisamente ese año en el que abrió las puertas la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, a la que accedió ya con una beca, que le permitió dedicarse exclusivamente a los estudios. Se especializó en Medicina Interna cuando esta rama “se abría paso en España” y en 1986 obtiene una beca para formarse en Estados Unidos en Oncología, de donde regresa a Tenerife con “la ilusión de poner en marcha” una unidad en el Hospital Universitario”.
En 2004, recuerda, “nos propusimos acercar los servicios de Oncología a La Palma”. Por aquel entonces, los pacientes tenían que ir a Tenerife a recibir el tratamiento. “Volver en avión era muy doloroso”. De ahí que comenzaron a desplazarse dos veces por semana para aplicar quimioterapia en la Isla.
“Ese primer acercamiento fue fundamental para que con el tiempo se pusiera en marcha la Unidad de Oncología de La Palma, que hoy en día ofrece los mismos tratamientos que las de Tenerife”, subraya Batista, quien asegura que “una de las cosas de las que más orgulloso me siento es de haber contribuido a que los pacientes de Tenerife y La Palma sean atendidos en igualdad de condiciones”.
En esta línea, valoró el avance que ha experimentado la sanidad en La Palma, que achacó a “un logro colectivo”. “Hemos llegado a un punto en que el segmento de la población que tiene más recursos y posibilidades no piensa en irse fuera de la Isla cuando tiene un cáncer”, comentó. “Eso demuestra que la sanidad además de ser universal y equitativa también es de excelencia”, añadió.
El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, hizo un emotivo repaso sobe la carrera profesional y la trayectoria humana de este médico saucero, cargado de anécdotas, y valoró, entre otros aspectos, que “el doctor Batista abrió desde pronto el servicio de Oncología a su isla, en el que atendió a tantas personas que procedían de la Isla Bonita para todo lo relacionado con el cáncer, desde una prueba diagnóstica hasta un tratamiento de quimioterapia. Dentro de su visión de la oncología, José Norberto siempre estuvo ocupado porque esas personas pudieran tener el mismo trato en su propia isla que en Tenerife, y eso lo convirtió en un objetivo vital”.
Pestana destacó el compromiso de Batista con la sanidad pública, en sus diversas facetas profesionales, tanto “como médico, investigador y formador”, y valoró que “es todo un ejemplo de lo mejor que puede dar esta isla, ya no sólo al país, sino al mundo”. “Es una de esas personas capaces de alumbrar el camino por donde va y convertirse en el faro que ilumina la vida de los demás, sean sus pacientes, sus colegas o sus alumnos”.
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