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La red de apoyo que empodera a Añaza

La Fundación Buen Samaritano acoge los proyectos que desarrolla Cáritas en el barrio capitalino con un exitoso modelo de integración que el párroco, Pepe Hernández, quiere llevar a otras zonas
El padre Pepe, con los participantes de la quinta edición de la Semana de la Solidaridad, que se celebró el pasado mes de julio en la avenida principal de Añaza. Sergio Méndez
El padre Pepe, con los participantes de la quinta edición de la Semana de la Solidaridad, que se celebró el pasado mes de julio en la avenida principal de Añaza. Sergio Méndez

Niños, adolescentes, mujeres, ancianos… Cualquier persona que necesita apoyo tiene su sitio en Añaza, en la red de recursos que Cáritas ha tejido en torno a un barrio cuya población se sitúa en los 9.150 habitantes. José Hernández, don Pepe, el párroco de Añaza, es el impulsor de un modelo de trabajo que, avanza a DIARIO DE AVISOS, quiere exportar a otros barrios de Santa Cruz a través de la Fundación Canaria Buen Samaritano, que desde hace un año aglutina todos los proyectos impulsados por la parroquia. Don Pepe ha demostrado que este modelo funciona, que implicar a las personas en la toma de decisiones sobre su futuro es, sin duda, la mejor forma de que sean conscientes de lo que necesitan. El padre Pepe está en estos momentos en Chile, ampliando su formación en Psicología, así como conociendo otras redes colaborativas que se desarrollan en Latinoamérica.

En julio, durante sus 15 días de vacaciones, volvió al barrio para asistir a la Semana Solidaria de Añaza, que este verano celebró su quinta edición. Cuando se le pregunta al párroco cuál es el secreto para que toda esta red de apoyo no solo funcione, sino que vaya en aumento, su respuesta es clara: “El trato directo con las personas”. Para don Pepe es vital “entusiasmar a otros”, de forma que “poder dedicar a los demás parte de tu tiempo es la clave para crear sinergias”. “Hay que entusiasmar mucho a la gente, así que el secreto es el voluntariado”, añade. Cuando habla de voluntariado, el párroco deja claro que no es solo una cuestión de fe. “Hay gente que se acerca desde una motivación espiritual, pero también la hay que lo hace desde un humanismo profundamente arraigado que cree que entre todos podemos hacer el mundo mejor”.

El padre Pepe de Añaza

Proyectos

La parroquia de Añaza ha ido atendiendo cada vez a más gente con intereses diferentes, y muchos de los proyectos han surgido de los propios usuarios. “Son ellos los que han ido demandando nuevas actividades. Esto también parte de nuestro trabajo, escuchar mucho a la gente y no centrarnos en un segmento de la población, porque en todos hay necesidades y hay que ir dando respuesta en la medida de nuestras posibilidades a las distintas realidades de la vida”, explica don Pepe.

Recuerda el párroco de Añaza que hay proyectos para niños, jóvenes y mayores, “pero, sobre todo, tienen que ver con las realidades de la gente”. Esas realidades son lo que llevó al padre Pepe a tener como prioridad la formación y el empleo. “Eso nos llevó a montar una escuela de formación en cocina y un certificado en gestión ambiental, porque necesitábamos asegurar formar a la gente para que pudiera tener un futuro, y lo realmente bonito es que esa gente ya ha logrado incorporarse al mercado laboral”.

Don Pepe habla de otros proyectos de éxito y del que se nota se siente especialmente orgulloso, en el que las mujeres son las protagonistas, el de las Mujeres de Añaza Emprendedoras (MAE). “Se trata de mujeres que venían con una trayectoria de cargas familiares muy grandes. El éxito consistía en poder asegurar que sus niños, su entorno, pudiera también apoyar el que ellas dedicaran tiempo a su formación”. Precisamente, la conversación con DIARIO DE AVISOS tiene lugar en la sede de este proyecto, en la avenida principal de Añaza, donde las mujeres aprenden peluquería y hay una pequeña cafetería.

“Nosotros los llamamos talleres prelaborales, porque es un entrenamiento en habilidades que tienen que ver con cuestiones de estética, peluquería, restauración, costura, venta directa o cómo, por ejemplo, enfrentarse a los clientes y todo lo que las pueda ayudar a ellas a encarar un puesto de trabajo”. Insiste el párroco en que “nuestra intención no es cualificar únicamente para un oficio concreto, sino hacer ver a los usuarias que son capaces de desempeñar tareas y funciones con las que poder acceder a las ofertas de empleo que, por muy humildes que sean, te dan una posibilidad de dignidad”.

Buen Samaritano

Desde hace un año, todos los proyectos de la parroquia de Añaza se han integrado en la Fundación Canaria Buen Samaritano, una forma de garantizar su continuidad. “La Fundación viene a dar seguridad jurídica a todo lo que fue naciendo a través de las Cáritas de la parroquia, que se quedaba demasiado pequeño, y necesitábamos una figura jurídica que aglutinara todos esos proyectos, pero, también, que nos sirviera para mirar hacia al futuro, para ir saliendo poquito a poco del barrio hacia otros lugares”.

Y es que en la mente de don Pepe está extender el modelo de intervención desarrollado con éxito en Añaza. “Pretende ser un modelo a través de las distintas realidades que se encuentran en un barrio y, mediante la Fundación, ayudar a implantarlo o llevarlo a otro barrio”.

El aglutinar los proyectos bajo el manto de la Fundación permite además llegar a una mayor red de apoyo de las distintas administraciones. Sin embargo, también tiene su lado malo, y es que, como explica el párroco de Añaza, “una de las grandes dificultades a las que nos enfrentamos es la burocracia, que nos come, para poder resolver convenios que nos faciliten el trabajo”.

Admite el cura de Añaza que “hay buena disposición, pero, desgraciadamente, a veces todos los trámites no facilitan que podamos tener un cierto margen de respiro para que los proyectos se consoliden, porque, aunque la fuerza más grande es la de los voluntarios, necesitamos un mínimo de profesionales para consolidar los proyectos. Somos una fundación que lleva poco años y necesitamos el apoyo de las instituciones más fluido, que se pueda dar más fácilmente”.

Futuro

El padre Pepe también piensa en el futuro y su visión de la fundación va más allá de la consolidación de proyectos. Así, entre las nueva actividades destaca una que podría convertirse en la mayor de las iniciativas abordadas hasta ahora: “Aunque hay una gran sensibilidad con respecto al medio ambiente -explica don Pepe-, lo cierto es que los jóvenes que participan en el curso de certificación ambiental tienen unas salidas laborales muy escasas”. Esto ha llevado a la fundación a la idea de generar un espacio, “que podría ser una finca, en el que se contemplara la posibilidad de desarrollar varios ámbitos”. Habla el párroco de un espacio de acampada con educación medioambiental, en el que incluso se podría hacer terapia con animales, huertos ecológicos, para que las familias pudieran ir los fines de semanas, un aula de la naturaleza y otros aspectos “que fueran gestionados con estos chicos”, detalla. A este respecto, añade que se están contemplando varias fincas para poder emprenderlo en un futuro no muy lejano. “También trabajamos para, en algún otro barrio, implementar alguna otra cosita”, añade.

El párroco de Añaza permanecerá en Chile hasta diciembre. Según explica él mismo, “estoy en una formación con psicología que pretende ayudar a acompañar a las personas, tanto individualmente como en grupo, a través de un proceso de desarrollo, de crecimiento personal y comunitario y demás”. Fuera de esta formación académica, “también estoy teniendo la oportunidad de conocer las experiencias de gente que está trabajando en Latinoamérica y de la que me estoy nutriendo”, concluye el cura polifacético de Añaza.

“Se habla de mejoras, pero se sigue atendiendo la inmediatez”

“Aunque a nivel global se habla de mejoras, nosotros seguimos atendiendo la inmediatez. Nos está llegando una población inmigrante sin ningún tipo de ingresos, también gente que sigue teniendo dificultades para pagar un recibo de agua o de luz y tenemos que apoyarlas, sí o sí”, explica el padre Pepe. Asimismo, habla de la importancia del voluntariado en esa labor. “Cuando das oportunidades a la gente para unirse y hacer algo, todo sale; hay mucha gente con ganas de hacer cosas”.

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