Un año más, el barrio lagunero de Las Gavias se engalana para celebrar sus fiestas populares en honor de Nuestra Señora de la Candelaria. Desde hoy, día 14, y hasta el 25 de este mes, el programa de actos estará enriquecido por múltiples propuestas religiosas, culturales, deportivas, artísticas y dedicadas a los mayores. La Comisión de Fiestas, representada por mujeres y hombres que un año más no han regateado en esfuerzo para que estas importantes celebraciones puedan seguir consolidándose un año más, ha tenido en 2018 la prioridad de consolidar el XL aniversario de sus celebraciones populares, pues aunque esta vez se ha modificado la tradicional visita a la Virgen de la Candelaria para dar un salto a Gran Canaria y visitar la Virgen del Pino, el empeño, la ilusión y el esfuerzo, no han sido en vano.
Dicha Comisión de Fiestas está representada por María Candelaria Anceume Estévez, junto con un excelente equipo de colaboradores que han venido trabajando para que el histórico barrio lagunero de Las Gavias pueda seguir conservando sus tradiciones y su propia historia, con el objetivo de que sus vecinos y las personas que lo deseen puedan disfrutar de tan arraigados festejos.
En 2015, el barrio lagunero de Las Gavias recuperó las fiestas después de casi ocho años de inactividad. Una entusiasta Comisión de Fiestas Virgen de la Candelaria del Camino de las Gavias, compuesta por un grupo de personas comprometidas y trabajadoras, ha sido la nueva propulsora para que el popular barrio lagunero contase en ese año con la recuperación de unos actos que en otra época fueron celebres e importantes para la comarca de La Laguna.
HISTORIA
La historia de esta celebración popular se remonta al año 1978, cuando la imagen de la Virgen de Candelaria la tenía en su poder Ángela Gutiérrez Hernández (Nina). La Morenita fue llevada al carpintero Juan Torres Pérez con el objetivo de hacerle una base suntuaria, y una fiesta en su honor. Acto seguido, José Gutiérrez habló con el párroco de San Lázaro para que diera su visto bueno. Se hizo una celebración en la pared del camino de Las Gavias, con una sábana. Así, durante dos años.
En mayo de 1980 comenzaron las obras de la ermita. Sería el 20 de agosto de 1978 cuando comenzaron las fiestas del popular barrio lagunero. Los padrinos de la Virgen fueron Adoración y Bernabé. La Virgen de Candelaria fue donada a Juan Gutiérrez. Los vecinos colaboraron mucho, entre ellos: Julián Tinillo, Cirilo y Lázaro Arvelo, el cual donó un furgón. La ermita fue construida por un grupo de vecinos: Manolo; Florentín, Juan, Honorio, Manuel, José Fajardo, Ramón, Julio, Diego y Roberto, entre otros. Más tarde, fue restaurada por unos entusiastas jóvenes vecinos del barrio de Las Gavias: Moisés, Miguel, José Antonio, José Luis, Andrés, Felipe, Juan, Martín y Florentín.
Tras ocho años sin celebrarse las fiestas, el barrio de Las Gavias volvió a recuperarlas de la mano de la nueva comisión, cuya presidenta, María Candelaria Anceume, y un gran equipo trabajaron ilusionados para que los vecinos (unos 400) pudieran disfrutar y recoger el testigo del citado acto popular, cultural y artístico.
Recorrido
Hay que destacar que la Virgen de Candelaria siempre ha salido en su recorrido, ya que de no hacerlo el Obispado de La Laguna establece que durante cinco años no pueda salir de la ermita de Las Gavias. Un recorrido que dura casi dos horas, lleno de emoción y veneración a la Virgen representativa de tan importante barrio de San Cristóbal de La Laguna.
Ni que decir tiene que el trabajo llevado a cabo por esa nueva Comisión de Fiestas del barrio de Las Gavias fue duro y comprometido con sus gentes. Horas robadas a sus respectivas familias; reuniones, tocando puertas para pedir ayuda económica, organización, disciplina y entrega fueron los elementos que motivaron que el barrio de Las Gavias volviera a tener luz, color y alegría.
Al igual que los jóvenes, los mayores tuvieron la oportunidad de vivir aquellos momentos mágicos y llenos de sabores tradicionales; siendo homenajeados con una gran paella y una excursión a la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria. Sin duda, los barrios y los pueblos no pueden olvidar sus tradiciones; sus culturas populares y sus compromisos con las futuras generaciones.
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