Los vecinos del barrio portuense de Punta Brava vivieron ayer un día “para olvidar pronto”, como dijo uno de ellos. Daba lo mismo si eran residentes o no en la calle Tegueste, donde se encontraron nuevas grietas que hacen peligrar la estabilidad de la vía, porque la mayoría estuvieron junto a los afectados ofreciéndoles su ayuda y apoyo.
Pese al difícil trago que tuvieron que afrontar al abandonar sus casas en apenas un día y medio, estaban tranquilos, aunque con el miedo inevitable de no saber qué pasará con sus viviendas, la incertidumbre de cuándo podrán regresar y el recuerdo de mayo de 2015, cuando parte de la vía se desplomó por primera vez. Un auténtico drama humano y vecinal que DIARIO DE AVISOS vivió y contó en primera línea con nuestros reporteros Gabriela Gulesserian y Fran Pallero.