medio ambiente

Cuatro embalses para recuperar zonas de El Paso arrasadas 60 años atrás

Cuatro grandes oquedades en una zona de influencia directa del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente
La recuperación medioambiental no puede ser reclamada, pero la Administración sí puede intentar rehabilitar y dar una utilidad pública a los espacios esquilmados entre los años 50 y 70. DA

Cuatro grandes oquedades en una zona de influencia directa del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, de las que entre los años 50 y 70 se extrajeron millones de metros cúbicos de tierra que hoy siguen formando parte de los grandes latifundios plataneros en el litoral de Los Llanos de Aridane y Tazacorte, están siendo objeto de un estudio de viabilidad para su rehabilitación para la construcción de embalses de agua.

Las cuatro zonas afectadas se encuentran a los pies de la subida del camino que conduce a la ermita de Nuestra Señora de El Pino, denominadas Riachuelo, Reventón, Las Cuevas y El Barrial, todas ellas en el municipio de El Paso. La redacción de este estudio de viabilidad para la construcción de embalses en estas cavidades, es un objetivo que según explica la parlamentaria regional, “es necesaria por cuanto esas grandes oquedades deben tener una alternativa de solución, como la que propongo y que redundaría en beneficio de ofertar agua de riego a la comarca del Valle de Aridane”.

Latifundios plataneros

La “tierra de monte” a partir de su extracción de esta zona natural y espacio de preparque, tuvo como destino durante más de dos décadas bancales para la plantación de los grandes latifundios, todos ellos de iniciativa privada, y llevados a cabo con total libertad por la ausencia de legislación y la inexistencia de controles medioambiental en la época. Desechada cualquier posibilidad de reclamar la restauración de la zona, a quienes en esos años se hicieron con un bien público generando un enorme impacto paisajístico, ahora los agricultores han recordado que desde hace décadas han pedido la reconversión de las oquedades artificiales en impermeables. Allí podrían recogerse las abundantes aguas de luvia de la zona y pensar en la creación de canalizaciones que den cobertura al Valle de Aridane, tradicionalmente la comarca más afectada por una situación de sequía que forma parte de las amenazas que sufre el sector agrario de la Isla.

Los defensores de esta opción, condicionada al estudio solicitado por el grupo socialista a la Comisión regional de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, contemplan además del aprovechamiento de aguas para el riego, la creación de un espacio de recreo. De esta manera, el paisaje destruido a partir de los intereses privados, valiéndose del legal de la época y en plena dictadura franquista, y ahora sin opciones para la reversión de una compensación medioambiental o administrativa, sería integrado en el conjunto paisajístico con un elemento hídrico y posterior uso agrario en las medianías del oeste de La Palma.

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