La banca siempre gana. Y ayer volvió a hacerlo, por si alguien tenía algún atisbo de duda, tras la polémica decisión del plenario de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, que concluyó, por 15 votos a favor y 13 en contra, después de dos días de deliberación, que los clientes paguen el impuesto de actos jurídicos documentados en los préstamos hipotecarios y no las entidades financieras, desautorizando así el criterio de la Sección Segunda.
Una resolución que ha causado el consiguiente monumental cabreo ciudadano y de partidos políticos, tanto de izquierdas como de derechas, y de organizaciones sociales y de consumidores, que han criticado duramente la controvertida medida. Formaciones como Podemos, incluso, han llamado a la movilización. “Bochorno”, “aberración”, “incomprensible”… son algunas de las palabras que más se han repetido por tan polémicos hechos…
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