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Lorenzo Reverón, propietario de Gourmetland: “En el sector del turismo, sin ocio, no hay negocio”

Lorenzo Reverón es de esos empresarios que no se vienen abajo con las malas rachas
Lorenzo Reverón. /Sergio Méndez

Lorenzo Reverón es de esos empresarios que no se vienen abajo con las malas rachas. Arruinado en varias ocasiones, lejos de venirse abajo volvió a intentarlo una y otra vez, hasta que hoy en día es el propietario, junto con su mujer, de Gourmetland, una cadena de restaurantes temáticos, ubicados en el Sur de Tenerife, que da empleo a 560 empleados. De padres agricultores, este granadillero (Charco del Pino) empezó a trabajar en el sector de la hostelería con 17 años, tras finalizar sus estudios básicos, y a partir de ahí se inicia su periplo como empresario. Asegura que ha vivido momentos muy duros durante la crisis teniendo que cerrar varios restaurantes, pero que su espíritu emprendedor y, sobre todo, las ganas de salir adelante le ayudaron a estar donde está hoy. No obstante, ironiza diciendo que no se lo cree, que “es un milagro” y por ello, pide a las administraciones públicas más sensibilidad con los empresarios, “porque durante la crisis nos han asfixiado”.

-Usted es de esos empresarios que no se achantan…
“Para nada. Yo empecé muy joven. A los 17 años ya trabajaba como camarero en el Sur. A los 23 años, un antiguo jefe me animó a abrir una discoteca, pero no nos salió bien, y perdí todos mis ahorros. Tuve que empezar de nuevo y para ello, mi padre, me tuvo que ayudar otra vez prestándome dinero. Este invento tampoco salió bien y acabé perdiendo todo el dinero. A los 26 años, empecé a hacer las cosas de otra manera y abrí un restaurante; derivamos en una perfumería y en más restaurantes. En el año 2004 me dio por meterme en el sector de la construcción y, tres años más tarde, con la llegada de la crisis, me fui a la quiebra con más de 300 empleados que tenía. Me quedé sin nada y con muchas deudas con la Seguridad Social y Hacienda. Pues sin saber aún cómo, de la nada, nos reinventamos y ahora tengo una cadena de restaurantes temáticos que da trabajo a más de 500 personas”.

-¿Y no le da miedo que pueda pasarle lo mismo?
“No. El espíritu de emprendedor te hace valiente. Hay algo dentro de tí que te hace seguir adelante”.

-La crisis le afectó de manera brutal ¿no?
“Fue durísimo. Los bancos nos cerraron el crédito. Tuvimos que vender un local cada mes para poder pagar al personal. La deuda con la Seguridad Social crecía y los bancos no nos daban el dinero para poder pagar la deuda. Mire, el problema de este país es que un empresario que se va a la quiebra no encuentra la sensibilidad de las administraciones públicas. Yo todavía no me explico cómo pudimos levantar cabeza porque las deudas con Hacienda y la Seguridad Social eran muy importantes, pero es que los bancos tampoco nos daban el dinero para pagar. Es un milagro que estemos donde estemos con todo lo que debíamos. El Gobierno nos cayó encima con la crisis, porque un empresario lo pasa muy mal. Al final, los que creamos los puestos de trabajo somos los empresarios. Las empresas públicas viven gracias a las privadas. Nosotros conseguimos salir gracias a luchar y muchas noches sin dormir. Pero, ya le digo, no es nada fácil, sobre todo ahora que con la globalización las empresas somos mucho mas vulnerables”.

-Pero ahora están donde están. Los malos momentos tienen su recompensa.
“Sí. Se puede decir que empezamos de menos cero y en cinco años ya hemos logrado abrir 23 restaurantes en el Sur; desde Los Cristianos hasta La Caleta. Cuatro restaurantes por año, más o menos”

-¿Sólo en el Sur?
“Si, por ahora si, porque, mire, tenemos un problema grave de personal, de cualificación, de idiomas…”.

-¿Le cuesta encontrar trabajadores?
“Mucho. No hay personal cualificado. Solo un 15% de los empleados que tengo son de aquí. No son muchas las personas de aquí que vienen a buscar trabajo en la hostelería. Pero no es tanto un problema de idiomas como de formación. Tienes que agarrarte a los currículums que te llegan, pero el mercado está así. El mayor tesoro que tenemos ahora mismo es el turismo y ahora lo tenemos en manos de gente inexperta. Es muy triste tener un local donde el cliente se sienta y el camarero que le atiende no tiene formación de ninguna clase. Por eso creo que la administración debería implicarse más en esto, porque pagamos nuestros impuestos y somos los que generamos empleo y, al menos, deberían implicarse más con la formación. Las empresas del sector turístico necesitamos más apoyo de las administraciones públicas, porque del turismo vivimos todos. Tenemos que tener muy claro de donde nos vienen los ingresos y cuidarlo. Y en este punto, la formación es fundamental, pero para todo, incluso para ser agricultor, porque no es solo regar y abonar, sino saber cómo tratar la tierra. Está claro que hoy en día a una persona sin estudios y sin formación le va a costar mucho más acceder al mercado laboral”.

-¿Dice que no le preocupa tanto el idioma ?
“No, en realidad ya casi todo el mundo sabe algo de inglés, lo que más me preocupa es la formación. El Gobierno antes nos daba una ayuda para que el empresario formara al trabajador, pero esta ayuda duró poco tiempo, después la quitaron. Cuando una persona no tiene ninguna experiencia al final no solo la estamos formando nosotros, sino que nos cuesta mucho más dinero que alguien que ya tiene experiencia. ¿Por qué me interesa a mí como empresario contratar a una persona que no tiene ninguna experiencia que puede cobrar 1.000 euros, cuando otra con experiencia le voy a pagar 1.400?. Antes nos salía gratis la Seguridad Social mientras el empleado hacía los cursos de formación. Yo entiendo que en este asunto puede haber mucha picaresca, pero bueno, para eso también están los inspectores de trabajo para que hagan un seguimiento. La Administración tiene que tener en cuenta que cuanta más gente se forme más gente preparada habrá en el mercado para trabajar. Mire, en cualquier país escandinavo te obligan a hacer cursos de formación cuando estás en el paro, aquí no. Preguntése porqué entonces aquí hay tanto desempleo”.

-¿Qué diferencia a ‘Gourmetland’ de otros restaurantes?
“Nosotros lo que hemos hecho es especializarnos en restaurantes temáticos con una gran variedad: desde asiáticos e italianos hasta japoneses, argentinos, mexicanos. También un restaurante tipo chill out. Todo eso combinado con nuestro centro de producción propia en el Polígono de Parque La Reina. Es una central de compra y de ahí repartimos a todos los restaurantes. Fabricamos nuestra pasta y pizzas con harina traída desde Italia. También utilizamos productos de las Islas. La carne la maduramos en la central para nuestros restaurantes de barbacoa”

-¿El turista ha cambiado, es decir, es más gourmet, le gusta salir a comer más que quedarse en el hotel?
“Hay de todo. El turismo inglés es nuestro fuerte, pero con los años hemos visto que ha perdido algo de poder adquisitivo por la libra y el brexit. El turismo belga, por ejemplo, ahora está funcionando muy bien. Pero mire, estamos teniendo un problema con los eternos inviernos”.

-¿A qué se refiere?
“Pues a que llevamos años explotando el invierno, y ahora el verano está mejor, y el invierno se está durmiendo. Y me explico, el turismo sueco o finlandés que venía a las Islas tiene una edad, y muchos de ellos ya están dejando de venir. Y en este período no hemos sido capaces de conectar con el turismo joven escandinavo que se está yendo a otros destinos, como por ejemplo, Tailandia. Así que cuando se nos acaben los mayores, a ver qué hacemos. La juventud no nos está visitando y eso se debe a que falta ocio. Mire, en el sector turístico, sin ocio, no hay negocio y como sigamos con este ritmo, sin ofrecer a los jóvenes extranjeros algo de ocio, nos convertiremos en un destino turístico para jubilados. Tenemos que convertirnos en un destino turístico que atraiga a los clientes por lo que somos, no porque otros mercados estén cerrados”.

-¿Canarias es una apuesta gastronómica para el turista?
“Canarias cada día tiene mejor gastronomía. Desde hace 30 años para acá, hemos ganado mucho y ahora tenemos muchos sitios donde comer. Para tener un buen resultado en la cocina tienes que tener un buen producto, y también hay que tener una buena manipulación porque si el producto es bueno pero lo manipulas mal, no sirve de nada”.

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