superconfidencial

Es la primera vez que me ejecutan

Me han invitado a México, aún sin fecha. Yo soy un apasionado de la historia de la breve monarquía mexicana, que le fue ofrecida -y aceptada- a Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria (Viena, 1832-Cerro de las Campanas (México), 1867)

Me han invitado a México, aún sin fecha. Yo soy un apasionado de la historia de la breve monarquía mexicana, que le fue ofrecida -y aceptada- a Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria (Viena, 1832-Cerro de las Campanas (México), 1867). Antes de ser condenado a muerte con dos de sus generales, Tomás Mejía y Miguel Miramón, estando en capilla, Maximiliano le pidió a Benito Juárez, el líder indígena de los mexicanos, que un mariachi le tocara y cantara La Paloma. Juárez accedió y firmó la pena de muerte de Maximiliano con mucho pesar. Cuenta Carlos Fisas en su libro Frases que han hecho historia que, ante el pelotón de fusilamiento, escucharon los tres un toque de trompeta. El emperador destronado preguntó al general Mejía: “General, ¿es esta la señal de ejecución?”. A lo que Mejía respondió, con absoluta serenidad: “No lo sé, señor, esta es la primera vez que me ejecutan”. Las varias veces que he estado en México he visitado la estatua de Juárez, en el palacio presidencial del D.F. Tanto Benito Juárez como Maximiliano son dos personajes para la historia. El primero era amigo, admirador y fervoroso seguidor de Abraham Lincoln. El segundo intentó montar una monarquía constitucional en un país republicano y fracasó. Lo dejaron solo españoles y franceses y murió como un valiente, mientras su esposa Carlota enloquecía de amor y de impotencia en Europa, pidiendo ayuda al papa y al rey francés. Murió en un castillo belga, sin recuperar la razón, en 1927, muy anciana. He devorado esta historia mexicana, contada en libros y en películas y me encantan ambas figuras, la de Maximiliano y la de Juárez, el indígena demócrata idolatrado por su pueblo. Ahora me ofrecen la oportunidad de estar más cerca de los protagonistas. Ya veré, porque México está muy lejos para ir a almorzar.

TE PUEDE INTERESAR