Cuando Vanya Krapivin, de 16 años, llegó a su casa del colegio una tarde cualquiera, en julio del año pasado, jamás se imaginó que pasaría por tremendo calvario.
Tras abrir la puerta, encontró a su madre tirada en el suelo y ensangrentada, y a su vecino, Roman Pronin, intentando violarla con cuchillo en mano. Sin pensarlo dos veces, el joven cogió una pesa de tres kilos que tenía en la vivienda y golpeó al atacante. Desafortunadamente, este consiguió arrebatársela y comenzó a golpearle en la cabeza sin cesar.
Al escuchar el escándalo, los vecinos alertaron a las autoridades, pero cuando llegaron Pronin había huido, dejando a madre e hijo inconscientes. El adolescente sufrió graves daños cerebrales que lo mantuvieron casi un año en coma. Un difícil periodo que no ha podido superar este pequeño héroe que, según Daily Mail, ha fallecido este martes 19 meses después de aquel día que, sin ni siquiera intuirlo, le esperaba la tragedia de su vida.
El detenido, que previamente había sido condenado por otros delitos, se enfrenta ahora a un juicio por asesinato.
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