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2019: arranca el año del cambio

Las elecciones de mayo, que coinciden con las europeas y aún no se sabe si con las estatales, marcan el calendario político en una cita donde habrá por primera vez una lista regional, y de la que previsiblemente saldrá un Parlamento más fragmentado que el actual
La repetición de elecciones permitirá estrenar un procedimiento que reduce la campaña y las subvenciones a la mitad. DA
Si finalmente coinciden con las estatales, los canarios podremos depositar hasta siete papeletas. EP

Las elecciones previstas para el próximo mes de mayo serán el eje sobre el que gravitará el nuevo año político en Canarias, este 2019 que, sin duda, se caracterizará por cambios tan relevantes como el nuevo sistema electoral, que de cualquier modo no parece que pueda afectar a lo que todos dan por garantizado: aumentará la fragmentación en el Parlamento autonómico, de por sí bastante dividido.

Miríada de papeletas

Como cada cuatro años, en mayo se abrirán las urnas para las elecciones autonómicas y locales (cabildos y ayuntamientos), pero solo cada veinte años ocurre lo que tendrá lugar en este 2019, dado que habrá una urna más para elegir a los representantes estatales en el Parlamento europeo. Lo más curioso es que, gracias a la aludida modificación normativa, en el caso de la Cámara regional se votará con dos papeletas: una para la lista insular de siempre y otra, que es la novedad, para elegir una lista regional, dado que se pasa de 60 a 70 diputados en Canarias. Por si fuera poco, no se puede descartar que se adelanten las elecciones estatales en el caso de que el Gobierno de Pedro Sánchez no logre aprobar los presupuestos.

Fragmentación

Muerto el bipartidismo en España, hace tiempo que también feneció el tripartidismo canario. Pero si en la legislatura que termina nuestros políticos han empezado a lidiar con una Cámara dispersa, todo apunta a que, tras las elecciones de mayo, la fragmentación aumentará con la entrada de Ciudadanos (a quien se le da por garantizado que contará con grupo parlamentario propio), como no se puede descartar la presencia de Vox. Con semejante panorama, no será de extrañar que el próximo Ejecutivo se nutra de un acuerdo incluso a cuatro bandas. El que no vota no podrá decir que se abstiene por falta de variedad en la oferta, desde luego.

Nuevo REF y Estatuto

Sin duda, 2018 fue un año histórico para Canarias al modificarse tanto el REF como el Estatuto de Autonomía, sin duda los dos textos legales específicos de las Islas con mayor influencia para las las mismas. Un buen ejemplo de ello es que acabamos de celebrar el primer Año Nuevo con 8 islas, tras el conocido reconocimiento de La Graciosa. Igual de importante pero menos difundido es el hecho de que, por primera vez, las aguas que rodean a nuestras Islas ya son reconocidas como parte de nuestro territorio.

Los deseos

Ojalá sea también 2019 el año en que algo cambie en Canarias en cuanto a la redistribución de la riqueza, tan injusta en el Archipiélago que el 44,6% de la población es pobre o está en riesgo de caer en la miseria, unas cifras más propias de los tiempos del caciquismo que de una sociedad que se presume moderna y preparada.

Cuidemos la gallina

Otro deseo para el nuevo año es que asuntos como el brexit no perjudiquen a la que sigue siendo, hoy por hoy, nuestra tabla de salvación económica: el turismo. Pero hay otros peligros para este sector como es el deterioro medioambiental, cuando precisamente la naturaleza es el principal reclamo para quienes nos visitan. Dado el aumento de la temperatura del agua, es cuestión de tiempo que vuelvan las llamadas microalgas, pero dejar de verter aguas negras al mar depende de nuestras autoridades, no del clima.

El piche, la mortadela, las fotos con niños y la propaganda en redes

Lo contaba DIARIO DE AVISOS el pasado lunes: no queda piche (de calidad) para tanto reclamo electoral. Solo por citar el ejemplo del Cabildo de Tenerife, el gasto en asfalto de 2018 ha sido de 30 millones de euros, tres veces más que el año anterior, explican las empresas insulares del sector.

Y es que el miedo a perder la poltrona crece de forma directamente proporcional a la cercanía con la cita de las urnas y, ante la zozobra lo mejor es apostar por bazas de sobrada eficacia: que no sea por piche, mucha fiesta con bocadillos de mortadela y, todo un clásico, que no falten las consabidas fotos de los políticos con niños (que, por cierto, también empiezan a escasear dado que trabajar ya ni siquiera garantiza llegar a final de mes).

Ojo, una novedad de esta campaña electoral: la nueva ley de Protección de Datos permite a los partidos políticos rastrear datos personales o, lo que es lo mismo, nos van a cansar con su propaganda en las redes.

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