Independientemente de creencias y religiones, muy pocas personas podrán negar que existen accidentes de tráfico en los que la justificación de una intervención divina sería lo más congruente. Esto fue, precisamente, lo que ocurrió en la isla de Gran Canaria durante la tarde del pasado lunes, 7 de enero, en la carretera GC-41, entre San Mateo y Tenteniguada.
El conductor perdió el control de su vehículo en una peligrosa curva y colisionó contra un árbol y la valla de seguridad, evitando así precipitarse por el barranco.
Al lugar de los hechos acudieron los Bomberos del Consorcio de Emergencias, Protección Civil, agentes de la Guardia Civil y una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario.
Según confirma a este periódico el Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad del 112, el afectado salió del turismo por sus propios medios y rechazó el traslado a un centro sanitario.
El espeluznante instante fue grabado por un conductor que circulaba en ese momento en el carril contrario.
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