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Trump se da de cabeza contra el Muro

El cierre parcial del Gobierno americano pone de manifiesto un férreo encontronazo entre el presidente y la nueva realidad política de Washington

Washington cambió de color al menos en cuanto a la Cámara de Representantes se refiere, y no solo por el hecho de que a partir del 3 de enero la Cámara Baja estadounidense es la más diversa en la historia del país norteamericano, sino porque ha pasado de ser roja republicana a azul demócrata bajo el implacable martillo de su nueva presidenta, Nancy Pelosi, que recupera así su cargo del que fue desbancada en 2011.
El nuevo Congreso demócrata tiene muchos retos por delante. El partido tiene abundantes asperezas que limar y todavía no halla un frente común… excepto en un tema: no habrá dinero para el muro fronterizo y así lo ha dicho claramente Nancy Pelosi, en fuerte contraposición con las exigencias de Trump.

En este enfrentamiento hay varios factores importantes. Si Trump cede, la base de su partido que votó por él con la condición de que construyera el muro se le echará encima. Además, significaría una gran derrota para un presidente dispuesto a hacer cumplir su voluntad al precio que sea necesario. Por otra parte, el cierre parcial del Gobierno que inició el 22 de diciembre y que mantiene en vilo a casi un millón de funcionarios, que o están trabajando sin cobrar o fueron enviados a sus casas sin empleo hasta que termine el cierre, no solo impacta la economía de los afectados, sino que además el cierre de las agencias federales afectadas se ve reflejado en museos clausurados, parques naturales abandonados que se llenan de basura, bodas que no pueden celebrarse y una multitud de inconvenientes en la vida de los estadounidenses que llevan al electorado a presionar a los legisladores para que pongan fin a la situación.

¿Qué es un cierre de Gobierno en Estados Unidos y con qué frecuencia ocurre?

En la política norteamericana, un cierre de Gobierno, apagón, o government shutdown ocurre cuando el Congreso no consigue aprobar, o el presidente rehúsa firmar, legislación pertinente a fondos para sostener las operaciones y agencias del Gobierno federal. Una norma conocida como Ley de Antideficiencia requiere que el Gobierno federal cierre las actividades de estas agencias si no han recibido financiación, recurriendo a la baja obligatoria de empleados no esenciales y la obligación de los esenciales de trabajar sin cobrar hasta que se reanude la actividad. Desde que el proceso presupuestario actual fuera aprobado en 1976, se han dado 22 brechas financieras, 10 de las cuales obligaron a la baja de empleados.

Para ponernos en contexto, antes de 1990 estas brechas financieras no conllevaban necesariamente un cierre de Gobierno.
Durante la Administración del presidente Ronald Reagan hubo tres brechas de presupuestos que obligaron al cierre de Gobierno por un día o menos. Una situación similar ocurrió también durante el gobierno de George H. W. Bush, causando un cierre de un fin de semana.
Durante la etapa de Clinton hubo un cierre total de Gobierno de seis días en 1995, y otro de 21 días en 1996.

Durante el Gobierno de Obama hubo un cierre de 17 días en octubre de 2013, cuando los legisladores republicanos se enfrentaron al presidente tratando de evitar la implementación de la Ley de Seguro de Salud Asequible conocida como Obamacare.

En los dos años que lleva Trump como presidente han sucedido tres cierres de Gobierno: en enero de 2018 hubo un cierre de tres días; uno de una noche en febrero, y este nuevo cierre de Gobierno que comenzó el 22 de diciembre y se teme que será de larga duración.

Los cierres de Gobierno interrumpen los servicios gubernamentales, incrementando el costo al Gobierno a causa, sobre todo, de los días de trabajo perdidos. El cierre de 2013 le costó a los Estados Unidos unos 24.000 millones de dólares, según la agencia de informes financieros Standard & Poor’s.

El nuevo cierre de Gobierno ha causado que casi un millón de empleados se hayan visto en problemas financieros preguntándose cómo van a pagar sus alquileres, hipotecas y facturas en un país que vive de cheque a cheque. Se estima que la mayoría de los millennials no puede hacer frente a una emergencia de 400 dólares y difícilmente la clase media tiene ahorrado más de un mes de pagos de facturas. ¿Cuándo terminará el cierre de Gobierno? Así como Trump dice no tener prisa, los demócratas tampoco están obligados a ceder. A partir del 3 de enero, los demócratas que se hicieron con el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de medio término del 6 de noviembre de 2018 tomaron posesión de sus escaños. Desde ese momento la gran rival de Trump, Nancy Pelosi, ocupa su lugar como Presidenta de la Cámara de Representantes. Pelosi ya ha presentado propuestas para poner fin al cierre parcial. Estas propuestas ya fueron aprobadas en la nueva Cámara de Representantes y cuentan con apoyo bipartidista en el Senado, pero el presidente no tiene intención de firmar por no incluir partidas para el muro de la discordia.

Trump ya ha dicho que no piensa echarse atrás, pero lo cierto es que debe tomar una difícil decisión. Si veta la medida aprobada, el órgano legislativo podrá anular la decisión del presidente (voto que será sin duda anotado en la lista negra del señor Trump). De todos modos, sería un movimiento muy arriesgado, ya que, de negarse a firmar la propuesta, la situación política del presidente se complica porque el cierre de Gobierno se le achacaría única y exclusivamente al mandatario, quien en un principio dijo estar orgulloso de provocarlo y del que ahora se quiere distanciar.

Lo cierto es que Trump necesita construir el muro, ya que fue su más importante promesa de campaña. Sin embargo, la promesa era que el muro lo pagaría México y no los contribuyentes estadounidenses, muchos de los cuales, si bien piensan que la seguridad fronteriza es importante, prefieren ver 5.600 millones de dólares utilizados en escuelas y sanidad que malgastados en una pared ridícula, una idea anticuada que difícilmente solucionará los problemas más apremiantes de la sociedad norteamericana.
Por ahora habrá que esperar para ver si este muro termina siendo otro de lamentaciones.

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