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María Jesús Soto: “La banca de este país abusó de la confianza de sus clientes, y nunca la va a recuperar”

María Jesús Soto es inversora financiera y divulgadora de temas económicos, además de presidenta de la Fundación que lleva su nombre
“Hay que saber de economía o puedes arruinarte, y con los niños hacer un presupuesto familiar anual” , aconseja esta especialista. Fran Pallero

Sabe de lo que habla, no en balde fue socia fundadora de AB Asesores en León, vicepresidenta de Morgan Stanley, agente financiero de Inversis y presidenta de la mexicana W&P Independent Advisors en la actualidad. Hoy, María Jesús Soto (León, 1967) nos habla de su labor como divulgadora del saber económico a través de la Fundación que lleva su mismo nombre, y con la que ha venido a las Islas de la mano de La Gaveta Económica.

-¿Por qué los españoles sabemos tan poco de economía?

“Sabemos poco de economía en general y de finanzas en concreto porque siempre pareció de mala educación hablar del asunto en nuestro país”.

-¿Como una deriva de cuando, en el Siglo de Oro, se despreciaba al comerciante?

“Eso es. Y la otra razón es que no hay hábito, y por eso no hay interés en educar desde las escuelas. En las familias, lo justo. Si a todo le añadimos que se genera mucha polémica desde el punto de vista ideológico, se ha convertido en una tema y poco agradable de tratar”.

-¿Constatar esta realidad la llevó a la divulgación?

“Fue gradual. Desde los 90, para ser banquero privado había que formar a los inversores, así que empecé con adultos. Con la crisis de 2008 llegan todas las quiebras y demás, y la OCDE ordenó un par de años después a los bancos centrales de sus países miembros a formar en este tipo de conocimiento a sus ciudadanos. Ese fue el detonante institucional, pero a mí me interesó la colección de Everest para niños llamada Mi primer libro de, y al poco llegamos a un acuerdo para el de economía”.

-¿Es verdad que usa esos libros para niños con los adultos?

“Sí. Me vienen muy bien para no tener que estar explicando una y otra vez cuestiones básicas a los adultos, así que los trato como a niños. ¡Es que no saben de estas materias! Ya llevamos tres libros con Everest, que se llaman Mi primer libro de economía, ahorro e inversión, Mi primer viaje al mundo de la empresa y los emprendedores y Mis primeras elecciones: sector público y sistemas de gobierno”.

-¿Podemos le hizo un favor con las críticas a su primer libro, dado que se multiplicaron las ventas por seis?

“(Sonríe) Pues sí. Al final esa crítica feroz a un trabajo bien hecho y bien intencionado, donde se habla de valores y responsabilidad sin ideologías, muy descriptivo y pedagógico, no les pareció bien, pero lograron el efecto contrario y el libro interesó más. Nunca hubiéramos logrado diseñar una campaña de márketing así. Seguramente no estaría en Tenerife ahora sin esa publicidad”.

-¿La mala fama que tiene en España la banca se debe, en parte, a esa falta de conocimiento económico? Se lo digo porque el español medio ni sabe que su banco no es su asesor.

“Siempre trabajé lejos de la banca tradicional precisamente por eso. Pero es verdad que la banca lo que ha hecho en este país es abusar de su posición de privilegio, de la fidelidad y compromiso de sus clientes, quienes nunca se cuestionaban que su banco pudiera fallarle. Han abusado de la confianza de sus clientes, que precisamente es esa confianza lo más difícil de conseguir. El 99% de los clientes confiaba en la banca, y cuando llegó la crisis se les trató como se les trató, esto es irrecuperable. Nunca volverán a tener esa confianza, y esa falta de cultura financiera le interesaba mucho a la banca, cuyos intereses no solo no son los mismos que los de sus clientes sino que se trata de intereses enfrentados”.

-¿Las entidades reguladoras estuvieron a la alturas?

“Eran los bancos centrales, y demostraron que no estaban haciendo bien su trabajo. Es un fallo absoluto del sistema, y por eso han tenido que cambiarlo todo, como por ejemplo que los bancos centrales de cada país hayan perdido ese poder frente al Banco Central Europeo”.

-¿Cómo le reciben los niños cuando les dice que toca aprender economía?

“Les encanta. Y da igual qué edad tengan. Porque no tienen ni prejuicios ni complejos sobre si hablar de dinero es bueno o malo. Eso lo vemos en los padres y los educador es, pero a los niños les pregunto quién quiere ser pobre y ninguno quiere, claro, así que se esfuerzan en aprender qué deben hacer para no ser pobres. Ojo, no para ser ricos, que eso lo ven en la tele”.

-¿A dónde va su fundación?

“A por una serie de dibujos animados con los protagonistas de los libros. Disney trabaja en ello, y en mi cabeza está aquella de Érase una vez…”.

-¿Nos da dos consejos?

“Lo primero es encender la luz roja: de esto hay que saber, como de la salud, o puede arruinarse o llegar a la vejez sin recursos, como la cigarra. Lo segundo es hacer, entre todos, un presupuesto familiar de ingresos y gastos cada año y revisarlo cada mes. Un antídoto contra la quiebra familiar”.

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