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El Iberostar Tenerife pierde en Grecia y deberá remontar en casa para seguir en Champions (69-57)

Los insulares no se han mostrado cómodos en Patras en ningún momento

El Iberostar Tenerife sucumbió ante el Promitheas en Patras en el encuentro de ida de los octavos de final de la Basketball Champions League (69-57). Fue un partido malo de los aurinegros, que no estuvieron acertados en ataque, en defensa solo en la segunda mitad y que, sobre todo, dieron la sensación de no tener la misma intensidad de un oponente que, más allá de su talento, nunca se rindió.

Todo pudo ser peor. Porque los insulares llegaron a ir perdiendo por 17 puntos (44-27) fruto de una primera mitad nefasta. Luego la defensa comenzó a funcionar, permitiendo a los de Txus Vidorreta llegar vivos a la vuelta del próximo miércoles, a las 19.30 horas, en el Pabellón Santiago Martín.

El acierto exterior local fue clave en los dos primeros cuartos. Los griegos mantenían un porcentaje muy elevado, todo lo contrario que los tinerfeños, incapaces de hacer daño. La dureza de los jugadores griegos en el interior, sumada a su buen tiro, sorprendió a los jugadores del Iberostar Tenerife en la primera manga. La segunda falta personal de Abromaitis generó problemas a los de Txus Vidorreta, que buscó alternativas en defensa para arreglar la situación. Pese a ello, los griegos lograron marcharse con ventaja al término del cuarto (21-15).
El peor momento llegaría en la segunda manga, cuando el Promitheas Patras consiguió una diferencia de 16 puntos (41-25) que comenzó a ser preocupante. Tony Meier era una pesadilla con los 19 tantos anotados al descanso y un demoledor parcial de 11-0 metía en serios problemas a los canaristas. Gkikas supo apoyar a Meier para que los de Patras llegar al descanso con 47-31. Había que cambiar mucho, algo que se logró, pero solo a medias. El Iberostar Tenerife iba a mejorar en defensa, pero no en ataque, por lo que la remontada, más que una utopía, era una verdadera quimera.

La mejor muestra de que nada funcionaba es que los jugadores aurinegros regresaron a pista muy tarde, tras una larga charla en su vestuario. Había que intentar, por todos los medios, que la eliminatoria no se resolviera en Grecia y para ello había que acabar con el espectacular 8 de 10 en triples de los locales que, ahora sí, iban a ver con más dificultades el aro rival.

Un parcial de 0-6 permitió incluso creer en la remontada, pero esa sensación duró muy poco. Vidorreta, que había incluso planteado una defensa en zona, algo muy poco habitual, buscó diferentes cambios defensivos, pero el resultado volvió a ser otro mazazo: 16 puntos abajo para el 55-39.

Las pérdidas de balón era otro de los factores que generaban aún más problemas a unos canaristas que, a estas alturas del duelo, comenzaban a pensar más en recortar la mayor diferencia esperando un Santiago Martín a su lado creyendo en otro partido mágico de sus jugadores.
En los últimos minutos, más con individualidades, como las de Davin White, que con un juego coral, los visitantes lograron que la desventaja quedara en 12 puntos que, visto lo visto, sobre todo en la primera mitad, no parecen un excesivo castigo.
La vuelta, el próximo miércoles, debe ser muy distinta, aunque el próximo domingo, ante el Gran Canaria, los jugadores de Txus Vidorreta tienen otra exigente prueba en una temporada sumamente dura.

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