Visiblemente emocionada, la artista María Isabel Nazco Hernández (Los Llanos de Aridane, 1938) recibió ayer el título de Hija Predilecta de la isla de La Palma, en un acto celebrado en el Cabildo, en el que estuvo acompañada por familiares y amigos, así como representantes de las instituciones públicas palmeras. Una destacada artista, que también ha desarrollado una intensa labor en el mundo de la academia y la investigación, como Doctora en Bellas Artes y Catedrática de dicha facultad en la Universidad de La Laguna.
Las palabras de Nazco fueron fundamentalmente de agradecimiento hacia la Corporación Insular por este reconocimiento de “la isla que me vio nacer y donde comencé a soñar, bajo este maravilloso cielo palmero” y para reafirmar su compromiso del “arte como servicio a la sociedad, que defenderé hasta el final de mis días”.
En el homenaje intervino Celestino Hernández, director del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl, quien destacó que este acto representa un “reencuentro con su isla de La Palma”. En este sentido subrayó que sus orígenes fueron determinantes en su trayectoria artística. Especialmente, la influencia que jugó el doctor de Morales de Tazacorte, que era médico de la familia, para poder iniciar su carrera.
Hernández destacó la proyección de la obra de Maribel Nazco y lanzó el reto en este contexto de que se organizara la primera exposición individual sobre la artista en su tierra de nacimiento, que se sumaría a la más de una veintena que se han organizado en distintas ciudades.
El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, hizo un repaso detallado sobre su trayectoria artística, que calificó como de “las experimentales de mayor calado realizado en Canarias”. “Participó activamente en el grupo Nuestro Arte, fundado por Pedro González y Erique Lite, junto a otros artistas e intelectuales al inicio de la década de los 60; la experimentación y la búsqueda de nuevas formas de expresión son las que la llevaron en los 70 a ese referido juego creativo con los metales y tablas, que tanto atrajeron la atención y los elogios de la crítica, entre ellos y destacados, los de Eduardo Westerdahl, quien realizó los textos críticos que se incorporaron al libro monográfico que le dedicó el Ministerio de Cultura, pues su prestigió alcanzó tempranamente el ámbito nacional”.
“Aquí tenemos -prosiguió Pestana- a una artista con mayúsculas, innovadora en la utilización de materiales y su concreción en la obra artística, con una creación singular y apreciada, con sello propio que permite identificar su obra entre tantas, algo tan complicado en un mundo tan complejo y plural”.
Por último, concretó que el proyecto artístico de María Isabel Nazco que la une a su isla natal es el de los pigmentos de origen volcánico que realizó junto a Severo Acosta y Narciso Hernández, y que dio como resultado una paleta cromática de 36 tonalidades a partir del entorno paisajístico de Canarias.
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