Izaña, en el el mismo centro de la cordillera dorsal de Tenerife, no solo es uno de los tres mejores lugares del mundo para observar el universo, sino también un lugar excepcional para divisar todo el contorno y belleza de la Isla. Pero Izaña es además, la pista de despegue para realizar en parapente uno de los vuelos más completos de cuantos se puedan realizar en España. Es el planeo más alto del país y tiene uno de los mayores desniveles. El salto se hace desde los 2.200 metros de altitud hasta la cota cero y regala un descenso de 45 minutos sobre el hermoso valle de La Orotava para aterrizar en la arena negra de la playa de Martiánez o Playa Jardín, en muchas ocasiones, como la semana pasada, atravesando un espectacular manto blanco de un mar de nubes.
Es un espacio idóneo tanto para parapentistas expertos como para aficionados, que tienen la posibilidad, por 100 euros, de bautizarse en tándem en una disciplina que ya es uno más de los muchos atractivos turísticos-deportivos que ofrece Tenerife y que deja un buen rendimiento económico a las empresas que viven del parapente, en el norte y sur de la Isla. Saltar desde Izaña es recomendable porque se trata de un vuelo tranquilo y sin sobresaltos, con vientos de dirección norte-noroeste, de intensidad floja a moderada, y térmicas regulares que aseguran el vuelo. Hay una pendiente suave que facilita bastante el despegue, situado en el kilómetro 33 de la carretera dorsal C-824, en las inmediaciones del Parque Nacional del Teide, justo por debajo del Observatorio de Izaña.