seccion empresario relevante

Abbas Moujir: “Hay que decidir qué modelo de comercio queremos; si el del negocio familiar o el de las grandes superficies”

La historia de la familia Moujir es la historia de la mayor parte de los comerciantes que llegaron a las Islas a comienzos de los años 50 ó 60 procedentes del extranjero
Abbas Moujir, empresario y secretario general de Fauca. / S.M.

El padre de Abbas Moujir llegó, junto a su primo, a Tenerife procedente del Líbano rumbo a Latinoamérica, pero finalmente decidieron quedarse en la Isla. En un principio se dedicaron a la venta ambulante yendo a los pueblos, sobre todo del Sur, y poco a poco empezaron a establecer una relación de amistad con la gente de los pueblos. Después, años más tarde abrieron su primera tienda en la calle Castillo, en Santa Cruz de Tenerife: Flor del Líbano y empezaron a afianzarse en la capital. Desde que empezaron a ganar dinero, trajeron a más familiares que se fueron estableciendo en la Isla allá por los años 50. Y así se gestó toda una nueva generación que nació y creció en la Isla.

-¿Cómo ha cambiado el comercio de los años 60 ó 70 al de ahora?
“Pues mucho. Mire, la historia de mi familia es casi la historia de muchas familias que vinieron de Siria, Líbano y de otros países a echar raíces aquí. De hecho, hay generaciones enteras nacidas y formadas en la Isla. Precisamente, esto es lo que ha hecho que se pierda la tradición familiar. Algunos ayudaron a sus padres con el negocio, pero otros, como es mi caso, decidieron ir por otro lado. Tenga en cuenta que ya en los años 90 el comercio empezó a cambiar y ya no era tan rentable tener un negocio”.

-¿A qué se refiere?
“Pues a que fue en esa época cuando empezaron a irrumpir en el sector las franquicias y las grandes superficies, y los comercios más pequeños, más familiares, empezaron a notar las dificultades. Fue en esa época y a raíz de la expropiación del local de mi familia en la calle Castillo por parte del Parlamento de Canarias, cuando decido ir por otro lado y dedicarme a otra actividad, eso sí, siempre relacionada con el comercio”.

-¿Fue entonces cuando entró en la Federación de Comercio, la antigua Fedeco?
“Sí. En 1993 entré en la federación donde estuve mucho tiempo hasta que se fundó Fauca, la Federación de Áreas Urbanas de Canarias. El movimiento comercial empezó a cambiar. Necesitaba más impulso y por eso decidí cambiar. Negociar con las administraciones y otras asociaciones para, sobre todo, trabajar con las pymes del comercio. Con los pequeños comercios que están ahí, aguantando. Creando empleo y contribuyendo a generar economía en las Islas. Y así llevo casi 26 años”.

-Nada más y nada menos.
“La verdad es que nunca pensé que fuera a estar tanto tiempo, pero bueno, las circunstancia me han llevado hasta aquí, y no me quejo en absoluto”.

-Cuando habla del comercio familiar, noto que lo hace con cierta nostalgia…
“Muchísima, porque mire, el comercio familiar es el que ha ido desarrollando los pueblos. Generó empleo cuando nadie lo hacía y, lo más importante, las ganancias las reinvertía en Canarias. Es decir, lo que ganaban lo volvían a invertir en su negocio o en otro, y eso se ha ido perdiendo. También influyó la entrada en la Unión Europea (UE) y el fin del puerto franco que generaba unos movimientos comerciales en las Islas importantes, sobre todo con el Sahara. Fíjese que en aquella época, le hablo de los años 70 más o menos, se hablaba de que sólo con la compra de maleta se sacaban unos 3.000 millones al año. Eran muy importantes las relaciones con el Sahara. Eso se perdió”.

-¿Se perdió, entonces, con la desaparición de los puertos francos?
“Es que fíjese con los puertos francos había una diferencia. Al desaparecer, esas diferencias se acabaron y nos equiparamos con la Península. ¿Recuerda cuando venía gente de la Península a comprar a Tenerife porque era más barato?”.

-Si, claro, los vaqueros Levis, las gafas Ray-ban…
“Y los productos electrónicos. El turismo peninsular venía a las Islas a comprar y ahora eso no ocurre. Los precios son iguales y cuando una viaja a otri país se encuentra con las mismas franquicias que aquí, pero en las Islas era más barato comprar, ahora no. Por eso digo que se ha perdido la tradición. La segunda generación ha visto que no es rentable el comercio y decide irse por otros derroteros”.

-Pero el comercio también tiene que evolucionar…
“Claro. Si yo no digo que no. Tiene que adaptarse al nuevo cliente, a las nuevas formas de ventas, a las nuevas tecnologías… pero, además de eso, lo que digo es que hay que trabajar para que tanto al comercio como al consumidor le saque rentabilidad a las compras. Hay que hacer cosas para reducir esos costes de más al comercio canario. Mire, al año vienen más de 12 millones de turistas a los que se les vende el sol y la playa, la gastronomía, las playas, los senderos…”.

-¿Y las compras?
“Pues eso. No se tiene en cuenta. No hay nada que haga que el turista que viene, por ejemplo a la capital, se le incentive para comprar. Casi a un canario, con la devolución del IVA, le sale mejor comprar en la Península. Yo lo que digo es que hay que buscar incentivos para que el consumidor busque nuestros productos. Mire, en la época de mayor auge comercial, no se miraban las horas, y si un comerciante tenía que abrir un domingo, abría ¿por qué? Pues porque sabía que le iba a resultar rentable. Ahora nos preguntan ¿por qué los comercios no abren los domingos? y se habla también de que la solución está en liberalizar los horarios, pero no es así. Los cruceristas no van a comprar en las tiendas de aquí porque en el barco tienen todas las tiendas que quieren libres de impuestos. Los mismos productos. En algo se está fallando”.

-¿Cómo se soluciona?
“Pues en aduanas, en los costes del transportes, en el IGIC. Tomado medidas porque mire, no dude un segundo de que si al comerciante, que ahora puede abrir los días que quiera, le es rentable abrir un domingo, lo hará. Mire, esto es muy claro. Aquí lo que hay que hacer es decidir qué modelo comercial queremos para las Islas; si uno basado en el pequeño comercio, familiar y que reinvierta en las Islas; u otro basado en las franquicias o las grandes superficies. Es tan sencillo como eso. Y lo que pedimos no son subvenciones o ayudas solamente, sino un modelo claro de comercio y un plan de choque para el comercio rural y de medianías. Se habla mucho de que los pueblos se están desertizando y el comercio está desapareciendo. Hay que hacer un plan para que esto no ocurra y las familias creen comercios”.

-Bueno, es como en el sector agrario que también los jóvenes se marchan.
“Exacto, hay que fomentar que las segundas generaciones se queden. Mire si por regla general el 80% de las empresas familiares no llegan a la tercera generación, en el caso del comercio, esto ocurre en el 90% pero con la segunda generación”.

-Dijo antes que el consumidor ha cambiado ¿cómo?
“Pues mire, lo primero es que antes se concentraban las ventas en diciembre, ahora se han adelantando y entra en juego el mes de noviembre. Hay algunos estudios que ya hablan de que en el mes de noviembre se concentra el 30% del gasto de las ventas navideñas; en la primera quincena de diciembre, el otro 30%; y el resto se reparte entre la segunda quincena de diciembre y los primeros días de enero. ¿Por qué? Pues porque los regalos también se han ido modificando. Muchas familias ya regalan en Nochebuena y dejan otra parte para Reyes. También hemos pedido al Gobierno canario para que desde el Istac, por ejemplo, podamos saber cuáles son los hábitos de consumo por Islas e incluso por municipios y así sabremos cómo enfocamos las campañas de dinamización. No es lo mismo hablar de los comercios de las medianías que de las capitales, por ejemplo”.

-¿La penalización del Gobierno para los contratos inferiores a cinco días y la subida del Salario Mínimo Interprofesional repercutirá en el empleo?
“En el comercio no hacemos este tipo de contratos, pero en la restauración, que hace refuerzos de fin de semana, sí. Veremos cómo repercute en los próximos meses, pero lo que nos preocupa es que esta incertidumbre afecte al consumo”.

TE PUEDE INTERESAR