El PSOE de Pedro Sánchez ha logrado remontar su suelo histórico en unas generales, el de junio de 2016, y ganar sus primeras elecciones desde 2008, con 7,38 millones de votos, (el 28,7 por ciento del total), que se traducirán en 123 escaños, con el 99% escrutado.
Aunque aún está por ver su capacidad de pactar para formar gobierno, el PSOE ha sido el partido más votado el 28A, pese a que sus cifras estén muy lejos de las que alcanzaban los socialistas antes de la irrupción de Podemos y Ciudadanos.
Con un 98,54 por ciento escrutado, los socialistas han obtenido 7,38 millones de votos, casi dos millones más que los 5,44 millones de votos (un 22,6 por ciento), que el mismo Sánchez recibió en 2016. Los 85 escaños que logró entonces se convierten ahora en 123.
En términos porcentuales, el apoyo al PSOE roza el que obtuvo Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011 (28,76 por ciento), en una contienda que fue, todavía, bipartidista entre el PSOE y el PP. Esa fue una derrota rotunda para el PSOE, que se quedó con 110 escaños. En 2019 el ha logrado quedar por encima de esa cifra con holgura.
Ahora, la fragmentación del voto del centroderecha ha hecho que el PSOE vuelva a ser primera fuerza política en unas generales en todas las comunidades autónomas salvo en Cataluña (donde lo ha sido ERC), País Vasco (PNV) y Navarra (Navarra Suma) y en la Ciudad Autónoma de Melilla (PP).
DE LA DERROTA Y LA DIMISIÓN A LA MOCIÓN DE CENSURA
Tras 11 meses de Gobierno, fruto de una moción de censura en 2018, el PSOE ha dado la vuelta a casi una década de pérdida de apoyos y a una legislatura que comenzó con perspectivas nada alentadoras para el partido: una derrota histórica –pese a que evitó el temido ‘sorpasso’ de Podemos– y una crisis interna que llevó a la dimisión de Sánchez por negarse a facilitar un Gobierno del PP.
Sánchez volvió a Ferraz en 2017 y un año después entró en la Moncloa de la mano de una moción de censura que le ha permitido anunciar y explicar buena parte de sus proyectos de gobierno, aunque haya llevado pocos a la práctica por falta de tiempo y apoyo parlamentario.
Desde las elecciones de 1977, los primeros comicios libres tras la dictadura de Franco, el PSOE ha conseguido mantenerse siempre como el primer o el segundo partido más votado.
En 1977 los socialistas fueron la segunda fuerza más votada. Algo menos de un millón de votos les separaron entonces de la UCD de Adolfo Suárez, a la que echaron del poder en los comicios de 1982, cuando casi la mitad de los votantes (48,11 por ciento) otorgó su confianza al PSOE de Felipe González, que se mantendría en el Gobierno hasta 1996.
LA MAYOR VICTORIA, EN 1982
Su primera victoria en unas generales fue en el año 1982, cuando recabó casi la mitad de los sufragios (48,11 por ciento). Hoy por hoy, ése sigue siendo el mayor triunfo cosechado por los socialistas en unos comicios generales.
Entre 1986 y 2000, los socialistas fueron perdiendo apoyos de manera escalonada hasta quedarse en el año 2000 con el 34,16 por ciento de los sufragios. Ese mal resultado forzó la dimisión de Joaquín Almunia como secretario general y dio paso al liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero, que en 2004 vencía con el 42,59 por ciento de los votos, en medio de un clima de crispación en España por el apoyo del Gobierno de José María Aznar a la guerra de Irak y los posteriores atentados del 11 de marzo.
Cuatro años después, Zapatero mejoró levemente el resultado de 2004. Pero la dureza de la crisis económica que golpeó posteriormente España llevó a los socialistas en 2011 a una derrota que supuso perder de 15 puntos porcentuales y recabar, por primera vez desde 1977, menos del 30 por ciento de los apoyos.
El PSOE canario se suma a la ola socialista en el país
Canarias se sumó a la ola socialista que ayer cruzó todo lo ancho y largo del país. El PSOE ganó también las elecciones generales en las Islas, con 294.903 votos y cinco diputados -al 99,97% escrutado-, seguidos de Unidas Podemos, con 166.469 papeletas y tres escaños, formación que se convierte así en la segunda fuerza política del Archipiélago, superando al PP. De este modo, dos partidos de izquierdas, PSOE y Unidas Podemos, lideran el panorama regional a menos de un mes de que se produzcan los comicios autonómicos, en lo que puede ser un claro indicador de futuros pactos de gobernabilidad en el escenario local. Los socialistas ganaron con holgura en ambas provincias, 140.839 votos en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y 154.064, en la de Las Palmas. Unidas Podemos sobresale especialmente en la provincia oriental, en la que alcanza 90.977 votos, por 75.492 en Santa Cruz de Tenerife.
DEBACLE POPULAR
Canarias no fue ajena anoche, por tanto, a la debacle nacional vivida por el PP. Los populares pasaron de erigirse en el Archipiélago en la primera fuerza en 2016 a ser la tercera en este 2019, bajando de 333.445 papeletas a 164.296. Y es que estas cifras no dejan lugar a dudas de semejante descalabro, siguiendo la tendencia nacional. La formación política que se ha beneficiado de este auténtico bajón electoral del PP ha sido CC-PNC, que ha sumado papeletas para su buchaca, dentro del espectro de centroderecha en el que se mueve. Ni siquiera Vox lo hizo de la manera que esperaba. De hecho, CC-PNC ha logrado dos diputados, cuando muchas de las encuestas incluso hacían pensar que podían perder el que tenía hasta ahora.
La recuperación de Coalición Canaria es notable, ganando en términos globales más de 55.000 votos con respecto a las pasadas elecciones generales, cimentando su victoria en su granero de votos por antonomasia: la provincia de Santa Cruz de Tenerife, donde quedó segunda tras el PSOE y que le dio a la postre sus dos escaños. En la provincia occidental, Coalición registró 102.421 papeletas -al 99,4% escrutado-, siendo la segunda fuerza más votada, mientras que en la de Las Palmas contabilizó solo 34.775, descendiendo a la séptima posición de formaciones más votadas.
Por su parte. Ciudadanos (Cs) mantuvo el tipo en las Islas, con dos diputados y creció en el número de votos, afianzándose como cuarta fuerza política con 1155.263 apoyos.
Vox no cumplió en Canarias con las expectativas creadas de antemano en todo el país y no consiguió ningún diputado, aunque el número de votos logrados es bastante elocuente a tenor de las papeletas obtenidas, más de 69.398, por las 882 contabilizadas en 2016.
Hay que destacar también las nefastas cifras registradas por Nueva Canarias (NC), que en las elecciones de 2016 concurrió con el PSOE. El partido del famoso diputado 176, a la sazón Pedro Quevedo, quien fue el artífice de las bonificaciones en los precios de los billetes de transporte aéreo y marítimo entre Canarias y la Península, en las negociaciones con el Gobierno de Rajoy, solo obtuvo en todo el Archipiélago algo más de 36.000 votos.
Desde NC achacan a CC que su formación no haya conseguido un representante al Congreso de los Diputados, dado que, en su opinión, el hecho de que dos fuerzas nacionalistas se presentasen en la provincia de Las Palmas restaba respaldos, como así fue en lo que se refiere a esta opción.
REPARTO DE ESCAÑOS
Con los resultados del 28-A en la mano, los 15 diputados electos de Canarias se reparten de la siguiente manera: por la provincia de Santa Cruz de Tenerife son Héctor Gómez y Tamara Raya (PSOE), Ana Oramas y Guadalupe González Taño (CC-PNC), Ana Zurita (PP), Alberto Rodríguez (Unidas Podemos) y Melisa Rodríguez (Cs), mientras que por la de Las Palmas son Elena Máñez, Luc André Diouf y Ariagona González (PSOE), Victoria Rosell y Meri Pita (Unidas Podemos), Guillermo Mariscal y María del Carmen Hernández Bento (PP), y Saúl Ramírez (Cs).
El Archipiélago registró ayer el 68,14% de participación, con 1.071.796 votantes, nueve puntos más que en las elecciones generales de 2016, donde se alcanzó el 59,11%.
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