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Condenados por cocinar aves protegidas durante una comida playera en Alegranza

La Guardia Civil los sorprendió en plena comida, unos sentados a la mesa que había instalado bajo una carpa y otro "con la cuchara en la mano"
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Pardela cenicienta, en peligro en Canarias
Pardela cenicienta, en peligro en Canarias. / EP

El Juzgado de lo Penal nº1 de Arrecife (Lanzarote) ha condenado a diez personas a pagar cada una multa de 8.640 euros por participar en una comida playera en el islote de Alegranza en la que cocina pardelas cenicientas, ejemplares de ave protegida que habían sido cazadas ilegalmente.

Según informa el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la condena ha sido por un delito contra la ordenación y el medio ambiente en su modalidad de protección a la fauna, al estar las pardelas cenicientas incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y en la Directiva 79/409/CEE relativa a la conservación de las aves silvestres.

De esta manera, se ha declarado probado que los diez acusados participaron en septiembre de 2015 en un convite en el islote de Alegranza, Parque Natural del Archipiélago Chinijo (Espacio Natural Protegido), en el que iban a degustar diversos ejemplares de parcela cenicienta que previamente habían capturado, todo ello a sabiendas de que la misma es una especie protegida.

La sentencia añade que contravinieron las condiciones establecidas en la autorización que el Cabildo Lanzarote había otorgado a uno de ellos, un conocido empresario de la isla, para fondear con tres barcos en el playa de el Veril del islote de Alegranza entre el 4 y el 12 de septiembre de 2015 para “pasar el día en la playa”.

Por su parte, la Guardia Civil los sorprendió en plena comida, unos sentados a la mesa que había instalado bajo una carpa y otro “con la cuchara en la mano” y preparando el guiso.

Precisamente este último, detalla el fallo, admitió “avergonzado” a los agentes que lo que estaba cocinando eran ejemplares del ave protegida.

Por último, la magistrada ha absuelto a otras nueve personas contra las que había presentado acusación una asociación ecologista defensora de las aves al no encontrar pruebas indubitadas de que participaran en la comida.

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