la casa blanca - latitud 38.9

Kendrick Castillo, el héroe que murió por sus compañeros

Kendrick, de 18 años, estaba viendo la película La Princesa Prometida en su clase de literatura cuando un estudiante sacó un arma y gritó que nadie se moviera; hablamos con Nikki, una gran amiga suya

En 2018 se produjeron 37 tiroteos en colegios de Estados Unidos, con más de 40 víctimas mortales. En lo que va de 2019, ya suman 10 las situaciones en las que personas armadas han entrado en colegios, abriendo fuego con resultados letales. Esta vez, el último tiroteo en Estados Unidos ocurrió en Colorado, en una zona que conozco bien, Highlands Ranch, donde viví, nació el menor de mis hijos y mis hijas fueron al colegio.

Este martes un estudiante entró en el colegio STEM para alumnos destacados en ciencias y con un arma de fuego sembró el pánico entre quienes, como en muchas partes del mundo, estaban a estas alturas del curso concentrados en terminar sus exámenes finales y en su graduación.
En este clima en el que los padres no saben si volverán a ver a sus hijos cuando se despiden de ellos por la mañana en el país presuntamente más desarrollado del mundo es fácil convertirse en víctima del terror. Lo sé, yo lo he sido.

Conozco muy bien los simulacros para casos como estos en los colegios, son parte cotidiana de la vida de los estudiantes. Mis hijos los vivieron como parte de su formación profesional, y obligatoriamente, como un aprendizaje clave para la supervivencia. Algo impensable para nosotros en Canarias, que damos casi por garantizada la seguridad de nuestros niños.
Pero en Estados Unidos el peligro es real, y es difícil imaginar el miedo con el que un niño se enfrenta a una persona armada y dispuesta a una masacre, mirar a la muerte cara a cara y decidir luchar o incluso morir por los demás. Este fue el caso de Kendrick Castillo, un joven estudiante que se enfrentó a un asesino.

Kendrick, de 18 años, estaba viendo la película La Princesa Prometida en su clase de literatura cuando un estudiante sacó un arma y gritó que nadie se moviera. Se abalanzó entonces sobre el pistolero, junto con otros dos estudiantes. Consiguieron reducir al criminal, aunque este logró disparar hiriendo a varios estudiantes. Gracias a ello, los demás chicos pudieron escapar, pero Kendrick fue herido mortalmente. Otros estudiantes trataron de parar la hemorragia… no hubo suerte.

Nikki Bernuy

Kendrick, hijo único, adoraba la memoria de su abuelo, quien sirvió como marine de Infantería. Sus padres, de origen hispano, se enteraron de la muerte de su hijo al no recibir respuesta a sus mensajes de texto en los que trataban desesperadamente de saber si su niño estaba a salvo. John y María pensaron que su único hijo podría estar entre los heridos y corrieron al hospital a verlo. Al llegar, descubrieron que Kendrick murió en el ataque.

Kendrick destacaba por muchas razones positivas, y entre ellas por ser un estudiante ejemplar. Miembro de la organización nacional para estudiantes de ciencias conocida como Technology Students Association (TSA), no era ajeno a las competiciones de robótica e ingeniería. En uno de estos torneos, Nikki Bernuy, ganadora del primer premio nacional de proyectos de resistencia en vuelos a los 16 años, y Kendrick se conocieron. Nikki es prácticamente parte de mi familia, la conozco desde hace 15 años, y estos días sufre por la muerte de un amigo extraordinario.

-Nikki, ¿cómo llevas lo que acaba de ocurrir?
“Tengo 18 años, crecí acostumbrada -aunque odio decirlo- a las noticias de tiroteos en escuelas, pero esta vez me tocó de cerca porque conocía a la víctima. Competí con él hace dos años, los dos éramos parte de TSA. Kendrick fue una de las primeras personas que conocí cuando presenté mi proyecto aeronáutico. Recuerdo que Kendrick era estudiante del colegio STEM y yo me sentía intimidada porque tienen una gran reputación, pero cinco minutos después de conocerlo vi que se trataba de un caballero, amable con todos, me ayudó a sentirme bien durante la competición…
Escuchar su nombre como víctima de un tiroteo ha sido muy duro…”.

-Dices que creciste acostumbrada a este tipo de noticias… ¿Cómo es vivir así?
“Creo que vivir bajo estas circunstancias te enseña a tener mucho cuidado y estar alerta en todo momento. Te hace apreciar que estás vivo. Cuando estaba en primaria el problema no era tan grave, pero en los últimos 10 años la situación se ha vuelto terrible. Constantemente tienes que mirar por encima del hombro y vigilar tu espalda con temor. En tu mente ensayas constantemente lo que harías en esa situación”.

-Como parte de la nueva generación, ¿cuál es tu opinión sobre lo que está pasando?
“Pienso que es muy triste que en América tengamos que vivir el dolor de ver a chicos jóvenes muriendo antes de tener incluso la posibilidad de graduarse. Yo no soy una persona muy expresiva e interiorizo lo que acabo de vivir, pero mis compañeros han tenido que tomarse unos días antes de poder volver a clase, porque no consiguen asimilarlo. Una de mis amigas no puede superar el hecho de que no volverá a verle nunca más…”.

– ¿Cuál fue tu primera reacción cuando te enteraste? Ese día además hubo otros dos incidentes en otros colegios de Colorado.
“Cuando salió la noticia de que se estaba produciendo un tiroteo, todos empezamos a enviarnos mensajes para saber si los demás estaban bien, ya que mi escuela está cerca de STEM. Al principio parecía que todos estábamos a salvo. Entonces mi madre me llamó y me preguntó si sabía algo sobre Kendrick. Le dije que seguramente estaba bien y ella me dijo que creía que no era así, que había escuchado su nombre como posible víctima. Al principio no pude creerlo y me puse a buscar información por todas partes, pero la confirmación me llegó cuando una amiga en común -también del programa- me llamó y me dijo que ella estaba en el aula durante el tiroteo y que pudo escapar gracias a que Hendrick y otros tres chicos trataron de detener al pistolero. Ella recibió dos disparos pero se está recuperando, Kendrick evitó que un tercero le hubiera quitado la vida. Tardé horas en asimilar lo que había pasado y que Kendrick ya no estaba”.

-Kendrick se sacrificó por los demás. ¿Por qué piensas que lo hizo?
“Quiero que todo el mundo sepa que Kendrick murió como un héroe. Fue una persona única, incomparable. No me sorprendió lo que hizo porque era una persona a la que le importaban los demás: amable, dulce y siempre dispuesto a ayudar. Me siento muy triste porque el mundo necesita más gente como él, valiente y con un gran corazón. Sus padres están desconsolados, no tenía hermanos, sus amigos éramos su familia”.

-¿Qué le dirías a la gente que está leyendo tu testimonio?
“Les pediría que eviten mencionar el nombre del asesino. No darle publicidad para que nadie se haga una idea romántica de lo que es cometer un acto tan despreciable. Enfocarse en el valor. Siento que el pistolero es un cobarde mientras que Kendrick no perdió un instante a la hora de proteger a los suyos. Contemos su historia y la de los otros chicos que ayudaron a reducir al criminal. No le demos una plataforma para hacerse famoso a alguien que hizo algo tan terrible”.

-Ocho estudiantes resultaron heridos, dos en condición crítica, pero se están recuperando. ¿Cómo te va a cambiar esta experiencia?
“Hay que aprender a vivir el momento al máximo porque nunca se sabe cuándo te va a tocar o a un ser querido. Ser amable con los demás, porque a veces las personas pasan por traumas que los llevan a cometer actos atroces y una palabra o un acto de humanidad podrían haberlos evitado. La gente tiene opiniones sobre la Segunda Enmienda y el derecho a portar armas, yo creo que prohibirlas no resuelve el problema por completo. Tenemos que invertir más en acceso a la salud mental y una sociedad, especialmente en Estados Unidos, en la que nos preocupemos un poco más por el prójimo. En Perú, de donde es mi familia, la gente es amable, es parte de la cultura. En Estados Unidos, el problema va más allá de las armas, estas no se disparan solas, lo hacen personas con problemas. Hay que aprender de la situación y no convertirnos en víctimas, entender lo que pasó, no desde el punto de vista del asesino, sino de aquellos que actuaron como Kendrick. Existen personas buenas, no vivamos presas del miedo. Nadie debería pasar por esto, pero es el mundo en el que vivimos ahora mismo, hay que ser fuertes y aprender a ser mejores personas”.

Salud mental y valores sociales

Nikki se gradúa este mes y empieza su carrera de Ingeniería Química en la prestigiosa Colorado School of Mines. Kendrick no tendrá esa oportunidad, pero su muerte sirvió para que otros puedan vivir y su memoria perdurará. Yo por mi parte le doy la razón a Nikki, de que la violencia en los colegios y las muertes por armas de fuego son un problema de salud mental y de valores sociales, pero aun así personalmente creo que no vendría mal un control de armas férreo, estoy harta de leer tragedias innecesarias mientras hay quienes se lucran con ello.

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