tribuna

Elecciones, pactos… ¿Y ahora qué?, por Fernando Fernández

Dos meses con un carrusel de elecciones, pactos y contrapactos. Semanas de vértigo para los medios de comunicación. Esperanzas, desorientación y hastío para los ciudadanos. “No volveré a votar”, es la frase mas leída en las redes sociales. Daré mi opinión sobre lo más relevante ocurrido en las Islas.

Un nuevo Estatuto de Autonomía y nuevas normas electorales. Un Parlamento con 70 diputados, 10 mas de los que teníamos. Todos con dedicación exclusiva, para trabajar como mucho 8 o 10 días al mes y 3.000 o 4.000 euros mensuales de retribución por conceptos varios. Algo escandaloso. ¿Tienen razón para estar indignados los ciudadanos? Creo que sí. Con un nuevo Estatuto aún por desarrollar, alguno pide ya otro nuevo. El actual no ha resuelto algunos de los antiguos problemas y ha recreado otros que ya padecimos con el Estatuto de 1982. Un Parlamento fragmentado, gobiernos frágiles con coaliciones de hasta 4 partidos. 70 diputados y 5 urnas para votar. ¡Bravo por los genios que parieron el invento! En medio del caos, CC recibe un castigo sin precedente y pierde feudos de poder acumulado en décadas. Pregunto, ¿alguien en CC ha analizado qué han hecho mal, por qué ningún partido quiere pactar con ellos? Se los diré, porque siempre han jugado sucio en las formas y en el fondo, porque siempre han incumplido sus acuerdos, porque han gobernado convencidos de que eran los dueños del cortijo. Por eso, ahora, se ven en la calle.

Unas líneas para el PP, inmerso sin pretenderlo, o sí, en esta vorágine de desatinos. CC hizo trampas, como es su costumbre, ofreciéndoles presidir el Gobierno regional para un pacto de centro-derecha inverosímil por sus contenidos y porque los números no sumaban. Contó para esa oferta tramposa con la complicidad de algunos grupos de presión empresariales y desde dentro del mismo PP, del PP en Canarias por el rencor de alguno y del PP nacional por la ignorancia de otros, que mordieron el anzuelo como pardillos. En Canarias, con la complicidad de Soria, que movido por el rencor nunca ha asimilado su pérdida del poder por las razones de todos conocidas. Nada nuevo, Soria siempre quiso algún tipo de acuerdo electoral con Coalición Canaria. Para lograrlo llegó a pedir mi ayuda el 11 de junio de 2004, una noche en Gran Tarajal, después de un mitin en Fuerteventura. Ya había hablado de esa posibilidad en varias reuniones con Zerolo, siendo ambos alcaldes. ¿Saben eso en Madrid?, pregunté. No. Pues no cuentes conmigo para ello. Ahora, por sus egos y sus fobias, por decir lo menos grave, ha vuelto a conspirar contra su propio partido en Canarias, embarcando en esa operación a un tal Egea, un señor de Murcia de donde nunca debió haber salido y a un Maroto incapaz de ganar su acta de diputado en su Álava natal. Ni uno ni otro conocen la política canaria ni saben cómo se las gasta Coalición Canaria, a quien Egea ha declarado su socio de referencia. Un aprendiz de Metternich este caballero.

Aplicando el más rancio centralismo y en las manos siempre astutas de algunos dirigentes de CC, terminarán por convertir al PP de Canarias en lo que ya es en Cataluña y en el País Vasco. Es decir, en la nada, para beneficio de CC, atrincherada en los cabildos de Tenerife y de La Palma, sus últimos reductos para mantener sus redes de influencia clientelar y tratar de recuperar el poder en un futuro. No han aprendido que donde hay nacionalismos fuertes, el PP naufraga. Por la ignorancia y el revanchismo cómplice de unos y de otro dentro del mismo Partido Popular, cuyo mayor pecado en Canarias fue votar a Soraya Sáenz de Santamaría, en las elecciones que dieron el triunfo a aquel pacto de perdedores, entre Casado y Cospedal. Y mientras, el PSOE… y Coalición Canaria frotándose las manos…

*EXPRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS

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