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La mala gestión de los pactos tras el 26-M deja en crisis a CC, Cs y PP

Mientras Ciudadanos espera a una gestora para activar la censura en el Cabildo de Tenerife, los errores de Génova conducen a los populares hacia un precipicio político y Coalición se asoma al vacío de poder

Más allá de los resultados electorales de cada uno, es la gestión de los mismos lo que lleva al éxito o al fracaso político. Y el caso de Canarias sirve perfectamente como ejemplo de ello, donde partidos como Nueva Canarias y Podemos salen reforzados de este ciclo electoral pese a que sus resultados no fueron los esperados, mientras que el fracaso en las negociaciones para un pacto de centroderecha ha generado una triple crisis en sus protagonistas: Ciudadanos (Cs), Partido Popular (PP) y Coalición Canaria (CC).

Es en la formación naranja donde la división interior ha generado un trauma mayor, dado que está previsto para el próximo lunes que se sustituya a la actual dirección regional por una gestora de carácter biprovincial a cuyo frente estarán sus dos diputados estatales: Melisa Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife) y Saúl Ramírez (La Palmas). Sin embargo, es de los tres partidos en crisis el que mejor lo tiene para revertir la situación, dado que ha cerrado un acuerdo muy ventajoso para sus aspiraciones en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (sus dos concejales gestionarán Urbanismo y la Sociedad de Desarrollo), mientras que está a punto de hacer lo mismo en el Cabildo de Tenerife, donde aspira a ocupar la Vicepresidencia y algunas de las áreas importantes.

Por el contrario, en el PP isleño trabajan denodadamente para evitar que las últimas directrices llegadas de Madrid los conduzcan a un precipicio político que se antoja insondable, ya que si Génova no cambia de parecer tendrán que renunciar a sumarse a la censura que presentará el socialista Pedro Martín en el Cabildo tinerfeño con el apoyo de Cs (y externamente de Podemos), como tampoco podrán ocupar la Presidencia del palmero, tal y como ya tenían apalabrado con el PSOE a cambio de la Alcaldía de la capital de la Isla. Hay que tener en cuenta que, por primera vez en su historia, el PP de la provincia tinerfeña puede aspirar a ser el primer referente para el voto conservador, dado el desplome institucional de Coalición Canaria, pero para ello es imprescindible ocupar los espacios de poder en instituciones tan determinantes como los dos cabildos ya citados. Ahora, los principales dirigentes del partido en Canarias intentan sacar de su error al secretario general del PP, Teodoro García Egea, que parece proteger más los intereses de CC que los de su propio partido.

En cuanto a Coalición Canaria, llama poderosamente la atención el inmovilismo en que se ha sumido tras la peor derrota electoral de su historia, al verse por primera vez en 26 años fuera del poder. La organización sigue en manos de Fernando Clavijo (cuya imputación por el caso Grúas frenó en seco el pacto de derechas) y de José Miguel Barragán (quien hace meses anunció su adiós de la vida política), mientras otros líderes históricos, como el conejero Marcial Morales, el tinerfeño José Miguel Ruano y el palmero José Luis Perestelo, se fueron antes de la debacle del 26-M. Mientras tanto, AHI sigue cayendo en picado desde que va de la mano de CC, y Lucas Bravo de Laguna avisa: “Votaré lo que diga mi partido, que es Unidos por Gran Canaria”.

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