por qué no me callo

Si Tamayo levantara la cabeza

Acabamos de asistir a un tamayazo, pero no al que lleva el nombre del diputado socialista de la Comunidad de Madrid que impidió en 2003, junto a María Teresa Sáez, la elección como presidente de su compañero Rafael Simancas. Sino a un tamayazo en honor al rey de la farándula de la segunda mitad del siglo pasado, nuestro admirado José Tamayo (murió el año del tamayazo, precisaente), que hizo grande el Carnaval de Santa Cruz. La gran carnavalada de Ciudadanos, que condena a este imberbe partido al ridículo más espantoso, tuvo este sábado en el Ayuntamiento de Santa Cruz el mejor corral de comedias que podíamos imaginarnos. El espectáculo, el bochorno de las declaraciones de Vidina Espino contra sus dos concejales, acusándoles de tamayazo, no tiene precedentes. Jamás un partido nació con vocación tan efímera en las Islas. Llamado a ser un chorro de aire fresco, el ariete de la regeneración, los/las dirigenes de la sucursal de Rivera se han revelado leales títeres de Coalición Canaria. Esta figura del monigote y la marioneta en política ha cobrado cierto auge en las últimas fechas. El propio Clavijo tuvo la genial idea de ofrecerle la presidencia a Asier Antona e calidad de pelele. Pero el popular se negó a hacer de bufón y el invento duró 24 horas. Ahora andan mareando esa perdiz, dándole vueltas a la misma parodia. El tamayazo de Ciudadanos, devorando a sus propios hijos con infundios de veleta, forma parte del histrionismo que preside la política regional desde el 26-M. Y todavía no ha terminado la función. Hasta que el telón caiga veremos a los titiriteros en plena acción agitando en el aire sus guiñoles de pacotilla. ¿Quién será presidente: Ángel Víctor Torres o Fernando Clavijo? ¿El que ganó las elecciones o el que las perdió? Canarias, antes que nadie, acuñó en su día el pacto de perdedores como una jugada maestra.

Hoy ya lo hacen todos en las autonomías peninsulares, porque han perdido la vergüenza. Luego, innovamos con las alcaldías time sharing: dos años tú, dos años yo. Y eso también es ya moneda de uso corriete. Será una de las fórmulas que se maneje para presidir el gobierno de las componendas, un pacto derechón de perdedores unidos por lazos inconfesables desde Valle Gran Rey hasta el Teide. Pero sería un gobierno frágil, con la espada de Damocles de la censura sobre la cabeza. Lo visto en Santa Cruz de Tenerife es mucho más que un aldabonazo en la conciencia de 40 años de poder absoluto de UCD-ATI-CC. Es el chicharro y Aguere juntos, dos consistorios como dos redaños. Y esa es la ley de la gravedad. Caerán a su debido tiempo, antes o después. Cuando el cambio coge carrerilla no hay quien lo detenga. Ni el apuntador. Ciudadanos está en llamas por culpa de su desorganización interna que era un secreto a voces. Y si no lo remedia Rivera, CC se quedará con la franquicia, pues ya se runruneaba que era una marca blanca de los nacionalistas. La regeneración y toda la cantinela de la campaña electoral se redujeron a un desayuno el mismo sábado para gallofear los dos votos a espaldas de Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano. Como se negaron al enjuague les ponen a caer de un burro. No es como empierza, sino como acaba esta película. Y nos vamos a divertir. Si Tamayo (el direector de escena) levantara la cabeza, ya tendría otra zarzuela para su antología.

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