el charco hondo

Zigzag

Zigzag. Zigzag. Ciudadanos anunció que el lunes zanjaría las dudas sobre sus preferencias, alianzas y vecindades ideológicas. Conscientes de que el país se preguntaba qué, cómo, por qué, con quién o quiénes y dónde se situará Ciudadanos, se comprometieron a no prolongar la ecuación. El encargado de arrojar luz sobre las sombras era el secretario general, y lo bordó, pero al revés. ¿Directo?, ¿sin ambigüedades?, ¿sin esconder las cartas? No. Qué va. Las escondió, y de qué manera. Comparece José Manuel Villegas y casca, sin despeinarse, que Ciudadanos no entrará en gobiernos en los que estén Vox, Podemos o nacionalistas. Ojo, primera curva. Cuando se dice, con precisión quirúrgica, que no entrarán, abracadabra, nada dicen de apoyar sin entrar. Y, precaución, segundo malabarismo. Siembran la idea de que no estarán donde estén Vox, Podemos o los nacionalistas, pero, abracadabra, otra vez, ni un suspiro sobre si entrarían en gobiernos en los que los citados -Podemos, particularmente- no hayan entrado pero sí apoyado sin entrar. Villegas ha hablado mucho sin decir absolutamente nada. Una cosa, pero sin descartar la contraria mucho, poco o bastante. No, pero sí. Sí, pero no. Ha sonado a que descartan pactar con terrestres, alimentando la sensación de que solo están por la labor de cerrar acuerdos con Jon Snow, Nancy Makeup, Berto Romero o el PP. Porque con el PP, uf, sí. La comparecencia de Villegas ha sido magia potagia. Ha tenido momentos divinos, por ejemplo cuando se anunció que se sentarán en una mesa con Vox (descartan sentarse en las sillas), pero solo para explicarles los pactos con el PP, faltaría más, que ellos con Vox ni de cañas, hombre ya. Rematando los fuegos artificiales, Cs ha anunciado que la premisa para pactar con el PSOE es que los dirigentes socialistas que pretendan acuerdos deben negar a Sánchez al menos tres veces y abrazar el evangelio de Albert Rivera. Más concreto fue cuando reiteró la posición de Cs respecto a las cargas judiciales de los cargos públicos, pero incluso sobre ese extremo Villegas hizo zigzag con sus afirmaciones. ¿Moraleja? Ciudadanos tiene una jugada, pero no va a mostrar las cartas hasta los minutos de descuento. La comparecencia de Villegas no ha aclarado nada. Esa era la idea, lo bordó. Cuarenta y ocho horas después, la X sigue sin despejarse y la ecuación sigue desembocando en +2Cs. Zigzag. Zigzag. Tictac. Tictac.

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