
El Parque Nacional del Teide fue incluido el 2 de julio de 2007 en la lista de Patrimonio Mundial como Bien Natural de la Humanidad en la Convención de la Unesco celebrada en Christchurch (Nueva Zelanda), en la que se reconoció al parque y a su estratovolcán como uno de los lugares más ricos y diversos en paisajes volcánicos del mundo.