arona

El comedor social de El Fraile cierra y 50 personas se quedan en la calle

Los problemas económicos, agravados por la retirada del Gobierno anterior de una subvención directa de 40.000 euros, acaban hoy con el único recurso en el Sur para los más desfavorecidos
El comedor social La Buena Estrella atendía hasta hoy a 50 usuarios sin medios económicos, de los que la mitad pernoctaban en las instalaciones. F. Pallero
El comedor social La Buena Estrella atendía hasta hoy a 50 usuarios sin medios económicos, de los que la mitad pernoctaban en las instalaciones. F. Pallero
El comedor social La Buena Estrella atendía hasta hoy a 50 usuarios sin medios económicos, de los que la mitad pernoctaban en las instalaciones. F. Pallero

Antonio, Víctor o María no podrán sentarse desde hoy a la mesa para tomar un plato de comida caliente. Tampoco Luis ni Juan dormirán esta noche sobre un colchón y entre sábanas limpias. Después de casi cinco años luchando contra viento y marea, el comedor social La Buena Estrella de El Fraile (Arona) bajará hoy, 31 de julio, la persiana.

Los problemas económicos han acabado con la agonía de unas instalaciones y un servicio que se han mantenido a duras penas en los últimos meses y que han dado de comer cada día, desde que abrió sus puertas, en noviembre de 2014, a medio centenar de personas sin medios económicos y en las que pernoctaban 25 usuarios que antes dormían en playas, cuevas y cajeros.

“La burocracia y el sistema nos han ganado la batalla”, manifestó ayer entre lágrimas a este periódico Solange Díaz de las Casas, directora del comedor social.

La puntilla ha sido la retirada de la partida nominativa de 40.000 euros del anterior Gobierno de Canarias, una subvención directa que, unida a la aportación de 20.000 euros anuales del Ayuntamiento de Arona, más las donaciones de empresas y particulares, junto a algunos actos benéficos, permitían al comedor social y centro de pernoctación prestar el único servicio de estas características en todo el sur de Tenerife.

La Dirección General de Políticas Sociales e Inmigración (CC) notificó semanas atrás su negativa a conceder la subvención directa demandada desde el centro, como había ocurrido en los últimos años, y comunicó que las ayudas, en 2019, se concederían a través de una “concurrencia competitiva-convocatoria pública”, cuyas bases se publicarían en el Boletín Oficial de Canarias.

La ya ex directora general de Políticas Sociales e Inmigración, María Reyes Henríquez, llegó a reconocer a través de un documento público la labor del comedor al que se le ha retirado la subvención. “Desde esta Dirección General se apoya al centro en su gestión con las personas sin hogar, cubriendo derechos básicos, como son la nutrición y la pernoctación digna de personas, que por diferentes circunstancias se encuentran en situaciones de desamparo económico y social”. El comunicado oficial especifica que las acciones que lleva a cabo la Asociación Comedor Social La Buena Estrella, “al ser un recurso exclusivo de la zona sur, se considera, en cuanto a su difusión, sensibilización y concienciación social entre la población de vital importancia”.

La responsable del centro explicó que “la no entrada de esta subvención a tiempo obliga a esta asociación a no generar más deuda. Desde la tristeza y la impotencia nos vemos obligados a tomar esta decisión; es un palo enorme, pero no tenemos opción”, señaló la directora, que lamenta que “los intereses políticos estén por encima de la emergencia social actual”. Díaz de las Casas subraya que “lo más triste es que los usuarios se queden de nuevo en la calle y sin cubrir sus necesidades básicas”.

Antonio, Víctor, María, Luis, Juan y tantos otros a las que la suerte les ha dado la espalda ya no encontrarán en el local de la calle Miguel Calcerrada, número 3, de El Fraile ese abrazo, esa conversación, ese rato frente al televisor que les alegraba por momentos la vida. En las cuatro “paredes benditas” quedarán sus recuerdos, penas, alegrías y tantos sueños compartidos.

“Seguiremos trabajando desde la sombra, no tiraremos la toalla”

El pasado 5 de abril los propios usuarios se concentraron en el exterior de las instalaciones para lanzar un angustioso S.O.S por la amenaza del cierre a causa del retraso de las subvenciones. Ese día la fachada del comedor amaneció empapelada de cartulinas en las que se podían leer frases como “No queremos ir a la calle” y “Esta es nuestra casa”. La concentración contó con el respaldo de colectivos solidarios como la Fundación Cruz Blanca y de varias trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Arona. En los días siguientes el Consistorio aronero tramitó por la vía de urgencia la ayuda de 20.000 euros correspondientes a este año que ha permitido mantener el servicio hasta hoy.

“Seguiremos trabajando desde la sombra, no vamos a tirar la toalla definitivamente, pero ahora no queda otra que cerrar”, indicó la directora del centro. Preguntada por un posible plan B a este cierre “temporal”, Solange señaló que se explorarán “fórmulas distintas para garantizar el servicio”.

TE PUEDE INTERESAR