política

Los comedores escolares, primer conflicto institucional de la nueva era

La alcaldesa de Santa Cruz, la socialista Patricia Hernández, reprocha al Gobierno saliente, de Coalición Canaria, el lío del cambio de modelo, y llama a los vecinos afectados a acudir a los servicios sociales
Al menos 200 niños santacruceros son candidatos a beneficiarse del servicio. El Español
Al menos 200 niños santacruceros son candidatos a beneficiarse del servicio. El Español
Al menos 200 niños santacruceros son candidatos a beneficiarse del servicio. El Español

La protesta de los ayuntamientos canarios, una vez constituidos tras las pasadas elecciones del 26-M, al suspender el Gobierno canario el servicio de comedores escolares en verano, se convierte desde ayer en un conflicto institucional en toda regla.

Las dos capitales canarias, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, han puesto el grito en el cielo ante el temor de que en esta ocasión centenares de escolares en exclusión social puedan verse afectados sin remedio. El Consistorio santacrucero, en concreto, activó contra reloj todos sus efectivos para lograr en tiempo récord, durante esta semana, tener listos para el próximo lunes los talleres y el servicio de comida que llevan aparejado. “Les pido a los vecinos”, solicitó la alcaldesa, la socialista Patricia Hernández, “que acudan a los servicios sociales o que llamen a los distritos para que podamos derivarlos a las ayudas de emergencia”.

La Consejería de Educación del Gobierno canario había dispuesto el verano anterior, traspasar el servicio a los ayuntamientos, con el argumento de optimizar los recursos y evitar desfases presupuestarios, tras comprobar que la demanda de escolares con necesidades sociales iba decayendo año tras año y su eficacia sería mayor en manos de los municipios. No obstante, una vez constituidas las nuevas corporaciones, no ha tardado en estallar el conflicto. El Gobierno canario de CC no parece haber tenido en cuenta que el cambio de modelo iba a coincidir con un verano crítico, tras unas elecciones, dado que nuevos equipos humanos se harían cargo de numerosos consistorios. Y así ha sido. La convocatoria de este servicio se realizó el pasado día 10 con un plazo de cuatro días, hasta el 14 (luego ampliado hasta el pasado día 27). A todas luces, una actividad claramente asistencial, presentada en un marco de talleres lúdico-educativos, podría peligrar de no actuarse con la suficiente rapidez y acierto.

Al menos dos centenares de escolares santacruceros son candidatos a beneficiarse de este servicio implantado en Canarias con carácter pionero en 2013, bajo el Gobierno de Paulino Rivero. Eran tiempos de crisis y entonces se inscribieron cerca de 5.000 niños. De la dimensión social de los comedores escolares dio cuenta ayer en los micrófonos de COPE Canarias uno de los monitores de los campamentos de verano organizados por la Consejería de Educación, que relató una de sus experiencias más impactantes: “El primer día se presentó una familia con cuatro menores, tres de ellos sí podían acudir a los cursos linguísticos, pero la más pequeña solo vino para poder comer algo; el inglés era secundario. Y un día se me desmayó en clase”.

La concejal de Asuntos Sociales de Santa Cruz, Marta Arocha, indicó a DIARIO DE AVISOS que se ha reforzado la tramitación de las tarjetas de alimentos para aquellas familias que las demanden durante esta semana, en la que aún no hay talleres en marcha. Se da la circunstancia de que, en mitad de la improvisación que ha reinado respecto a dicho programa, numerosas familias que integran el 40% de riesgo de exclusión social y pobreza que certifican las estadísticas en las Islas, podrían sufrir un efecto inmediato al no disponer de la, en muchos casos, única comida que ofrecer a sus hijos. Esta es la naturaleza de un problema que ha obligado al Ayuntamiento de Santa Cruz a hacer un llamamiento a los afectados para que acudan a los servicios sociales con el fin de poder auxiliarles.

TE PUEDE INTERESAR