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El Consistorio capitalino descarta comprar el mirador de Las Teresitas

Los propietarios de la antigua piconera han solicitado licencia para demoler las estructuras aún en pie, una autorización que está pendiente de un informe del Gobierno de Canarias. Es un lugar icónico, y de los más buscados entre los turistas para la ya mítica fotografía con las Teresitas al fondo
El mirador de Las Teresitas se encuentra en la actualidad vallado. / Fran Pallero

Aunque así se había avanzado a finales del mandato pasado, el concejal de Infraestructuras y Urbanismo, Juan Ramón Lazcano, confirmó a DIARIO DE AVISOS que el Ayuntamiento de Santa Cruz no está interesado en comprar el mirador de Las Teresitas. “Los que están interesados en vender son los propietarios, pero el Ayuntamiento no tiene ningún interés en comprarlo y no ha habido ninguna intención”. Según detalló Lazcano, “la Gerencia no puede comprar ni expropiar, además, como eso es un suelo rústico, con el Plan General no se puede hacer nada”. Por lo que ha podido constatar el edil de Urbanismo, “lo único que se puede hacer allí es un plan de interés insular a través del Cabildo y, hasta donde yo sé, se le consultó a la Corporación insular y esta nunca contestó, porque aparentemente no tenía intención de hacer nada en ese sentido”.

Lazcano sí confirmó que se le abrió el expediente para que se vallara correctamente la parte concreta del mirador, “porque la finca es enorme y llega hasta a Las Gaviotas”. “El Ayuntamiento ya ha hecho lo que tiene que hacer, que es abrir un expediente por no tenerlo vallado y dar la orden para que lo haga”. En cuanto a la solicitud hecha por la empresa para demoler las estructuras que aún están en pie en el mirador, Lazcano confirmó que la empresa Turística Canarias SL, propietaria de los terrenos, solicitó la licencia pertinente en el mes de mayo, pero aún no se ha resuelto.

El motivo de este retraso estriba en que “para su concesión es necesario recabar el informe preceptivo y vinculante de la Consejería de Política Territorial. Esta administración dispone de un plazo de seis meses para emitirlo”, explican desde la Gerencia de Urbanismo. El informe fue solicitado por la Gerencia en mayo de este año, por tanto, indican desde este departamento, hasta noviembre tiene la Consejería plazo administrativo para remitir el citado informe.

Fue en el mandato pasado cuando el anterior concejal de Urbanismo, Carlos Tarife, expresó la posibilidad de que, una vez demolidas las edificaciones que están en el mirador, el Ayuntamiento iniciara los trámites para comprar esos terrenos. “Nuestra intención es convocar reuniones, tanto con la propiedad como con otras administraciones, para afrontar el reto de comprar ese terreno y hacer el mejor mirador de la isla de Tenerife”, dijo el entonces concejal de Urbanismo. El edil, ahora en la oposición, detalló que la expropiación era otra de las opciones que se barajaba.

Vallado

Este espacio fue vallado después de que una turista sufriera un accidente al subirse al techo de una de las estructuras, que acabó hundiéndose. Tras el accidente, Urbanismo ordenó a los propietarios que procedieran a asegurar el lugar, algo que hicieron colocando unas vallas para evitar accidentes. En el mirador de Los Órganos, como se le conoce oficialmente, se levantó una escombrera, cuyos restos se corresponden con las edificaciones ahora abandonadas.

Una parte del suelo pertenece a Costas, pero la gran mayoría es de propiedad privada, de ahí el abandono en el que se encuentra el espacio, ya que las administraciones públicas no pueden intervenir. A raíz del accidente del pasado verano, la Gerencia de Urbanismo intervino ordenando el aseguramiento de la zona y amenazó con una ejecución subsidiaria y la correspondiente sanción, algo que, finalmente, no fue necesario.

Edificaciones abandonadas que un accidente obligó a cerrar

Las edificaciones abandonadas de lo que fue una antigua piconera forman ya parte del paisaje del mirador de Los Órganos, nombre oficial de un lugar que, hasta que en 2018 un turista sufrió un accidente al subirse al techo de uno de los cuartos, que acabó por hundirse, era de libre acceso. Ahora, una valla impide el paso.

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