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Tacoronte colocará láminas adhesivas en las calles para combatir las termitas

Durante la fase alada, existe el riesgo de que la ‘Reticulitermes flavipes’ forme nuevas colonias; el Consistorio las frenará colocando bandas en las farolas de las calles afectadas

La fase alada o el vuelo de las termitas subterráneas Reticulitermes flavipes comienza entre los meses de otoño e invierno y es la más temida porque hay posibilidades de que se formen nuevas colonias ya que llegan a volar entre 150 y 400 metros desde el lugar del que parten.

El Gobierno municipal de Tacoronte quiere atajar este riesgo y lo hará con láminas adhesivas de color amarillo, similares a las que se utilizan en los invernaderos. Se colocarán en las farolas de luz de las calles que están afectadas por la plaga, principalmente en las zonas de Juan Fernández, Tagoro y El Pris.

Las termitas vuelan hacia la luz y el color amarillo resulta atractivo para los insectos. Al sentirse atraídas por él, se quedan pegadas y se evitará su propagación. “Es una actuación puntual recomendada por científicos y técnicos, y aunque no garantiza nada, sí reduce la expansión”, explica la concejal de Medio Ambiente, Carmela Díaz.

En estos momentos, el grupo de gobierno estudia junto a estos últimos el prototipo de lámina que se va a colocar, el presupuesto del que se dispone para ello y, además, debe concretar el número exacto de farolas que hay en estos núcleos. La idea, subraya Díaz, es tenerlas instaladas en noviembre ya que no se sabe el momento exacto en el que se producirá el vuelo de estos insectos.

No obstante, la edil aclara que la capacidad de formar nuevos nidos alejados de aquellos donde se desarrollan “es bastante baja en relación con la cantidad de insectos que vuelan. Es mayor el avance por la propia colonia, y aunque la probabilidad de éxito de que se instale una nueva es baja, existe, y, por lo tanto, hay que atacarla”, remarca Carmela Díaz. “Es posible incluso que algunas de las que tenemos más alejadas emigraran en el vuelo del año pasado o hace dos años”, añade.

Teniendo en cuenta estos aspectos, el Ejecutivo municipal comenzó a estudiar las posibilidades de acción para disminuir la expansión de la termita, un trabajo en el que se ha centrado en las últimas semanas. “No obstante, el protocolo definitivo no está listo, ya que se están estudiando con los técnicos otras posibilidades para combatir esta etapa pero hay que certificar que son efectivas”, apunta la edil.

A ello se sumarán una serie de recomendaciones destinadas a la población en el momento del vuelo que, con toda probabilidad, se realizarán a través de un bando municipal dictado por el alcalde. El mismo proceder que se utilizó para que los vecinos supieran cómo actuar en caso de sospechar que su vivienda o terreno está afectado por la Reticulitermes flavipes.

Respecto a la relación del Ayuntamiento con el Gobierno de Canarias y el Cabildo para hacer frente a la plaga, Díaz sostiene que “existe sintonía y estamos todos en la misma senda, que es lo más positivo. Confiamos en no llegar tarde y ahora más que nunca todos somos conscientes de la urgencia de aplicar el tratamiento”. El jueves pasado técnicos y representantes de las tres administraciones realizaron una visita conjunta a viviendas y espacios públicos en los que se confirmó la presencia de esta especie invasora.

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