por qué no me callo

Cuando se abre paso la Gran Coalición

A este periódico le caben unos cuantos honores que comparte con sus lectores más asiduos. Es una excelente atalaya donde otear el horizonte. Existe cierta inercia que opera como una aliada, la condición temporal, la antigüedad de un diario longevo que refresca constantemente su memoria. Pronto se cumplirán 130 años de la fundación de este rotativo que ha sido como un paraguas, ahora que nuestros lectores han merecido tan simbólico regalo. Una acogedora sombrilla de decenios y decenios, de generaciones y generaciones, a caballo de tres siglos. Debe de ser eso. Y, por tanto, lo celebramos. Con el paso del tiempo se gana en aptitudes, en reflejos para interpretar las cuestiones generales y unir cabos; solo así cabe estar ojo avizor y prevenido, que no es lo mismo que estar a verlas venir. Quizá esa facultad, que acredita la ciencia, explica que el Diario leyera sin equivocarse este partido que se acaba de jugar en la política canaria. Ahora asoman nuevas señales en el belvedere. Y de nuevo hay que estar atentos (los primeros movimientos de algunos actores resultan inquietantes, los estamos estudiando).

Este último trimestre de 2019 abona la tesis de que ha sido -y será- el año del acabose, una suerte de fin de fiesta de esta segunda década del siglo XXI, con su consiguiente pirotecnia de clausura. Se ha escrito y teorizado mucho sobre esta parafernalia de incidencias, desórdenes y crisis de un periodo que se cae y amenaza con romperse la crisma. Son nuestras cabezas; una insensata manera de hacer las cosas se abre camino y 2020 ya está a la vuelta de la esquina. O sea, el cambio de década es inminente. Y no será cualquier década.

Para esas fechas se pronostican cambios y mutaciones insospechadas hasta hace poco, que se convertirán en moneda de uso corriente. ¿Comenzarán en verdad a volar los coches sobre nosotros sin que corramos en busca de refugio? ¿Nos abrirá la puerta de casa un robot que nos superará en conocimiento y habilidades? ¿Será tan desconocido como dicen el nuevo mercado laboral, los oficios mejor remunerados serán otros y la mano de obra cualificada también será otra cosa distinta a la actual? Visto lo visto conviene preguntarnos si en estas modestas Islas seguiremos viviendo del turismo o nos están reservadas también algunas sorpresas al respecto. Dado que el jueves se darán premios Nobel a pares, acaso en el futuro se conserve la costumbre de premiar simultaneamente al mejor y la mejor de los autores de turno. Hemos cogido velocidad de crucero y creo que al menos en materia de igualdad 2020 será un año pródigo.

Tenemos en cuenta a los oráculos que avisan de esa crisis económica que se aproxima. Guardo esperanzas de que las Islas reviertan las estadísticas de la vergüenza. Hago votos por que los locos dejen de gobernar el mundo, dado que el virus se ha extendido y se impone dar con los antídotos, con una generación de mejores líderes y mejores personas que esta pléyade de hienas que deseo próxima a su final como la década que despedimos.

Vienen estos meses cargados de pruebas y desafíos. El 31 veremos si los amigos ingleses se quedan o se van o posponen el adiós. Estamos siguiendo el culebrón del impeachment y la distopía de la guerra civil de Trump. La guerra de aranceles. Los rusos, los chinos y Hong Kong. No nos vamos a aburrir. Pues nada nos deja indiferentes y hasta lo más remoto nos concierne. ¿Lo hemos visto todo? Evidentemente, no. Al día siguiente del 10-N se abrirá paso en España la Gran Coalición y una vez que gobiernen juntos PSOE y PP…, quién, cómo y cuándo reescribe toda la historia reciente de purgas y defenestraciones de quienes se desposaron con el PSOE para hacer posible el cambio. Cuando nadie daba un duro por las homilías de este periódico y preferían oír misa en otros conventos.

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