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Los estereotipos sobre el barrio de Añaza que el documental ‘El valor del silencio’ quiere borrar

La Asociación Luis Celso junto a Perenquen Films buscan financiación para un proyecto audiovisual que pretende mostrar la realidad de un núcleo, en el que viven casi 10.000 personas, que está muy alejada de la visión negativa que aún persiste sobre este punto
La imagen del hotel de Añaza, que sigue en pie a pesar del abandono, sirve a los autores del documental como alegoría de lo que es Añaza. Fran Pallero
La imagen del hotel de Añaza, que sigue en pie a pesar del abandono, sirve a los autores del documental como alegoría de lo que es Añaza. Fran Pallero
La imagen del hotel de Añaza, que sigue en pie a pesar del abandono, sirve a los autores del documental como alegoría de lo que es Añaza. Fran Pallero

En abril de 2012, Añaza se hizo viral cuando ni siquiera existía ese término. El barrio chicharrero saltó a la palestra nacional gracias a un programa de televisión, una producción que mostró su peor cara, una en la que lo negativo se impuso a las cosas buenas que se estaban haciendo, la misma que hoy en día sigue estando presente en muchas de las referencias que se hacen sobre este núcleo ubicado en el Distrito Suroeste. Cambiar esa imagen, acabar con los estereotipos y los prejuicios de un barrio en el que viven casi 10.000 personas es el objetivo que se ha marcado la Asociación Socio-cultural Luis Celso al impulsar el proyecto audiovisual El valor del silencio. Se trata de un documental que pretende mostrar el lado positivo de Añaza, de sus gentes, de sus iniciativas y proyectos. Samuel García, hijo del mítico dirigente vecinal de este barrio chicharrero y que da nombre a la asociación que preside, cuenta como la imagen que ese programa dio del barrio fue una espinita clavada que su padre se llevó consigo. “El participó en el programa como presidente de la asociación de vecinos y aunque intentó mostrar las cosas que se estaban haciendo bien en el barrio, el resultado fue totalmente distinto”. Ahora su hijo, junto con la productora Perenquen Films, busca devolver a Añaza a la actualidad, pero esta vez por todo lo bueno que allí se hace.

Ezequiel Herrera, director del documental, y vecino de Añaza, explica a DIARIO DE AVISOS que El valor del silencio, hablará sobre el poder de los prejuicios. “Se trata de trasmitir una idea de Añaza que no se ha trasmitido todavía. En 2012 el barrio de Añaza sufrió el peso de los prejuicios de manera brutal a nivel nacional con el programa Callejeros y todavía hay gente en el barrio que vio ese reportaje y que se sienten dolidos porque el barrio no es lo que se representó. Fue el culmen de muchas noticias negativas que siempre iban ligadas a Añaza”.
Herrera detalla que en el documental “tendremos a gente del barrio que está haciendo cosas importantes y que no ha salido en televisión ni en los periódicos. Queremos reflexionar sobre cómo, en general, muchos medios han contribuido a que solo se muestre la mala imagen de Añaza”.

Financiación

Tanto la asociación como la productora están buscando la financiación necesaria para comenzar con el rodaje, cuya calidad, defienden, les va a permitir presentar el resultado en cuantos festivales les sea posible y estrenar en lugares como el TEA Tenerife Espacio de las Artes o el Cine Víctor si fuera posible.

En el guión que ha pensado Herrera tendrán espacio nombres como el de la deportista paraolímpica Dácil Cabrera, los de los profesores del Instituto María Rosa Alonso, de los jóvenes que viven en el barrio pero también de los mayores que vivieron el nacimiento del movimiento vecinal de la mano de Luis Celso en los años 90.

Para poner en marcha este proyecto necesitan 5.000 euros. “Es el presupuesto que consideramos se ajusta a un proyecto profesional como el que queremos hacer”, explica Herrera. “Va a ser un trabajo serio en el que emplearemos el tiempo que sea necesario. De momento necesitamos 2.000 euros para, al menos, empezar con el rodaje”. Por ello han preparado un teaser (un avance que muestra por dónde se va a desarrollar el documental) para que los posibles patrocinadores vean de lo que se trata. “Lo que queremos es que los posibles patrocinadores, sobre todo que estén relacionados con el barrio de alguna forma, nos apoyen para llegar a esa primera cifra para empezar a rodar”. Paralelamente iniciarán una campaña de financiación popular a través de las redes sociales para que todos aquellos particulares que quieran participar puedan hacerlo.

Herrera que sigue viviendo en Añaza defiende la necesidad de imponer el silencio y la calma sobre el ruido de los prejuicios. “En el avance que hemos grabado hemos querido mostrar, con un plano del hotel de Añaza, como los cimientos del barrio siguen en pie a pesar de todo, como el viejo hotel, y como dos generaciones, la adulta, la que yo represento, agotada de luchar contra esos prejuicios, camina junto a la de los más jóvenes, en este caso mi sobrino, que están creciendo en un barrio lleno de cosas positivas y mucho mejor”.

Tanto Ezequiel Herrera como Samuel García afirman que en el barrio se ha evolucionado a mejor aunque son conscientes de que también hay cosas que se hacen mal “pero no más que en cualquier otro punto de la ciudad”. “Mucha gente te decía que no iban a Añaza porque te robaban el coche o cualquier otro cosa, eso ya no pasa, somos un barrio como cualquier otro de Santa Cruz”, insiste Herrrera, quien recuerda como él mismo, cuando inició sus estudios universitarios se encontró con comentarios como “no pareces de Añaza”.

Samuel ahonda en esa imagen preconcebida que se tiene del barrio con una anécdota de la Delegación del Gobierno. “Hace unos años se denunció que le habían tirado piedras a un conductor de Titsa de la línea que iba al barrio. Yo mismo me dirigí a la Delegación del Gobierno para pedir que aumentara la vigilancia policial y que se reactivaran algunos de los operativos que en los peores años se habían puesto en marcha. La respuesta fue que en el barrio de Añaza el índice de delitos era exactamente igual que en el resto de Santa Cruz, que no había motivos para nuevos dispositivos. Al final se trató de un incidente que pasó fuera del barrio pero inmediatamente se achacó a Añaza”. Defienden que aquella época en la que las guaguas se deban la vuelta a la entrada del barrio ha pasado y por eso quieren que el documental pueda mostrar todo lo que Añaza es y todo lo que puede llegar a ser.

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