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San Miguel y el diablo en La Palma (y V), por la Asociación Cultura Pinolere

Es una de las imágenes más pequeñas que se conservan del Arcángel en el Archipiélago. Hoy es propiedad de una familia de la misma ciudad, la del fallecido don Argelio Pérez Algarrada
Procesión de la Imagen de San Miguel del Coro. Iglesia de El Salvador. Santa Cruz de La Palma Archivo: J.G.R.E.
Procesión de la Imagen de San Miguel del Coro. Iglesia de El Salvador. Santa Cruz de La Palma Archivo: J.G.R.E.

Por José Guillermo Rodríguez Escudero*

Curiosa representación –de la segunda mitad del s. XVIII- para una escultura anónima de pequeño formato, casi 35 cms., cuya ubicación primitiva era el oratorio particular de “un catalán llamado Ferrer”, saga establecida en la capital palmera desde el siglo XVII. Es una de las imágenes más pequeñas que se conservan del Arcángel en el Archipiélago. Hoy es propiedad de una familia de la misma ciudad, la del fallecido don Argelio Pérez Algarrada. Una figura de minuciosa policromía que presenta un sabor que ya parece anunciar el Rococó. Es posible que llevara originalmente una cadena con la que ataba al Demonio –al que le falta la mano derecha-, a quien intenta agredir con la espada flamígera alzada blandida con la mano diestra. Otras características reseñables son: amplias alas desplegadas, coraza dorada pegada al pecho, faldellín rizado, capa envuelta en su brazo izquierdo… El Diablo tiene forma humana y está casi boca abajo. Miguel flexiona la pierna derecha y la apoya sobre el cuerpo negruzco de Belzebú. Martín Sánchez decía de esta escultura que, “de un modelado agradable y gracioso, posee una policromía de minucioso acabado. La parte posterior de la capa, la coraza y las cintas de las sandalias, junto con la peana, aparecen doradas. El faldellín es lacado con transparencias en azul…”.

Otro óleo sobre lienzo, éste de enormes proporciones (350 x 210 cms. aprox.), es el que podemos admirar en la nave del Evangelio de El Salvador. Fue atribuida a Ubaldo Bordanova por el historiador Fernández García, aunque no posee ni firma ni fecha. Aquí, el Diablo tiene proporciones idénticas al Arcángel. Éste parece danzar sobre el cuerpo retorcido del “Ángel Caído”. Queda plasmado aquí el instante en el que el San Miguel –de gran cabellera rubia y rizada y empuñando una gran espada flamígera en su mano derecha alzada- se está posando con el pie izquierdo sobre el cuerpo del Maligno. Este se representa con forma humana y extremidades acabadas en forma de enormes y afiladas garras de animal. Lleva, también, gigantescas alas membranosas. Según se cuenta, un borracho o un deficiente mental acuchilló la tela justo en la zona donde estaba pintado Lucifer. Tras la faena, gritaba orgulloso por la calle que “¡había matado al Diablo!”. Fue restaurado en el verano de 2010.

Existe un relieve en piedra esculpido en el siglo XX en uno de los pórticos de entrada en el actual Instituto Alonso Pérez Díaz de la Plaza de Santo Domingo, de Santa Cruz. Cerca de donde se ubicó la primera ermita de San Miguel de Las Victorias y el mural del milagroso “Cristo de La Portería”. Aquí el “Adversario de Dios” aparece aplastado bajo los pies del Santo –vestido como un centurión romano y alado-en forma de terrible dragón alargado con fauces abiertas y con largos dientes afilados. El Ángel porta una lanza en la mano derecha y en su izquierda un pequeño escudo decorado con una cruz.

Una enorme escultura de San Miguel y el Diablo fue inaugurada el 29 de septiembre de 2007, onomástica del Patrón de La Palma. Fue colocada frente a la Plaza del Morro y del Ayuntamiento de la Villa y Puerto de Tazacorte sobre un zócalo de cerámica en medio de una bonita fuente redonda. En una ceremonia solemne, se nombró al Arcángel, Alcalde Honorario y Perpetuo de dicha localidad. El bronce del polifacético artista palmero Luis Morera y de Natan Teutsch mide en su altura total 3, 70 mts. y es representado en estilo clásico muy realista. Tanto las imágenes del Arcángel como la de Satán son de tamaño natural. El santo está vestido con el atuendo militar romano: armadura en el pecho, chitón corto, yelmo con plumero, escudo con las iniciales “Q.S.D.”, botas con perneras… El Demonio, representado con figura humana, tiene grandes cuernos de carnero que sobresalen del pelo ensortijado, grandes garras de bestia, enormes alas muy realistas (como las del Arcángel) y un largo rabo que cuelga sobre la gran nube que sirve de apoyo. Los cuerpos han sido minuciosamente esculpidos donde no se han abandonado los detalles: desde el plumaje de las cuatro alas, el dibujo de las mangas del Ángel que imitan de forma muy precisa la autenticidad del cuero, las perneras del santo militar con detalles como la hebilla y las correas…
Afortunadamente, también el 29 de septiembre de 2007 tuvo lugar una procesión especial en la Parroquia Matriz de El Salvador. El joven y apuesto San Miguel y el feroz Diablo, de terrible aspecto, desfilaron procesionalmente después de muchos años por el centro neurálgico de Santa Cruz de La Palma. Un emotivo acto durante el cual se bendijo una figura de mármol blanco del “Arcángel luchando con Satanás” en el segundo cuerpo de la torre basáltica del templo. Con la procesión de la talla de “San Miguel del Coro” –como es conocido por haberse custodiado en él estos últimos años, ahora venerado sobre un pedestal al lado del retablo de la Milagrosa en la nave del Evangelio- se ha recuperado una bella y antigua tradición en la capital de su Isla, la Isla de San Miguel de La Palma.

“…Señor Nuestro Jesucristo, Rey de la Gloria, libra las almas de todos los fieles difuntos de las penas del infierno, líbralas de aquel lago profundo, sácalas de la boca del león, no las devore el abismo, sino que el Príncipe San Miguel las conduzca a la Luz santa…”.

(*Ofertorio de la Misa de Difuntos)

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