el charco hondo

La teoría de la resurrección

Quién no recuerda el idílico verano de Danny y Sandy, en Grease. Cómo olvidar las escenas iniciales de la película, con la pareja acampada en el lado más agradecido de la Luna, descubriéndose, sintiendo que el mundo giraba por ellos, y para ellos, hasta que, con el inicio del curso, la realidad les contó que pertenecían a planetas diferentes, a tribus que hablan, visten, se comportan y viven de forma bien distinta. Y, en este punto, cómo no acordarse de Danny y Sandy cuando se lee o analiza el amor playero de Coalición y Nueva Canarias. Quién no auguró que lo que los unió durante el último verano electoral acabaría chocando frontalmente, al reiniciarse el curso político, con la realidad de dos partidos que argumentan, se posicionan, priorizan o empatizan de forma bien distinta. Si el aire del mar o haberse conocido lejos de casa unió a Olivia Newton-John y John Travolta, Coalición y NC formaron durante la última campaña un matrimonio de conveniencia discontinua, bifocal. A NC le interesó el maridaje porque no podía permitirse que CC les abriera otra boca de agua en Las Palmas, restando lo suficiente Coalición para entorpecer el tirón de Pedro Quevedo sin sumar lo que hace falta para que una candidata de Coalición ponga un pie en el Congreso. Por su parte, el interés de Coalición no apuntó tanto al 10 de noviembre (poco o absolutamente nada les ofrecía NC) como a la oportunidad de dar señales de vida desde la UCI de la oposición. Coalición necesita que no se le dé por muerta, de ahí que se haya puesto manos a la obra para abonar en cafeterías, redacciones, entierros y bodas la teoría de la resurrección o del regreso, que obviamente requiere construir un contexto en el que apoyar el relato de la unificación nacionalista y de la hipotética vuelta al poder de Coalición -dando igual el orden de los factores, mientras no altere el producto final-. El problema es que, con los colegios electorales ya desmontados, la escena estatal ha vuelto a poner de relieve que, como les pasó a Danny y Sandy al llegar al instituto, CC y NC recaen en que pertenecen a dos sensibilidades políticas bien distintas -agua y aceite en el caso de la sección tinerfeña de Coalición-. Como en Grease, puede que al acabar este curso el reencuentro del nacionalismo tenga un final feliz, pero es pronto para profetizarlo. Dependerá de cómo transcurran las cosas -de quiénes ganen- en el cónclave que Coalición celebrará en abril. Será entonces, no antes, cuando se sabrá si esta legislatura autonómica unirá, o no, a Sandy y Danny.

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