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Cura de humor en tiempos difíciles

¡Qué más se puede pedir! Tenemos a nuestro alcance la mejor receta para desintoxicarnos de malos rollos y dramas

Quizás te pueda parecer un tópico, pero tengo la firme convicción de que no hay nada mejor que echarle un poco de humor a la vida para endulzar los sinsabores, las noticias trágicas y los dramas que protagonizamos o contemplamos.

La psicología positiva ha multiplicado esfuerzos en las últimas décadas para aportarnos datos y pruebas fehacientes de que el ser humano es una perfecta maquinaria dotada de recursos para afrontar la adversidad, presentando el humor, la risa, la diversión y la alegría como ejes fundamentales para mejorar nuestra salud y bienestar psicológico.

Aligera la mochila
El filósofo francés Gaston Bachelard hablaba de los “instantes de ligereza” como una metáfora de esos momentos de fiesta, diversión, juegos y bromas que han compartido todas las civilizaciones y culturas a lo largo de la historia. Instantes que contribuyen no sólo a una vida social positiva, sino también a la calidad de vida personal.

Hay personas que van por la vida cargando una pesada mochila, como si arrastraran todos los problemas del mundo a la espalda. En esa mochila se acumulan decepciones, culpas, autoexigencia, temores, pesares, arrepentimientos, frustraciones, etc. Sin embargo, la ligereza nos invita a relativizar, a desdramatizar y ver la realidad desde otro prisma. Lo podemos aplicar en el trabajo, en casa, en las relaciones, en nuestra forma de responder a diferentes situaciones. Cuando estamos contentos todo fluye, cuando hay buen humor se suavizan las tensiones, caminamos más ligeros y afrontamos las dificultades con mayor facilidad.

¿Será cierto que la risa es la mejor medicina? Pues se podría decir que la cosa últimamente se está poniendo seria, ya que incluso existe un campo científico de investigación en medicina de la risa, en la que los científicos han explorado cómo afecta a la salud y a la enfermedad, obteniendo resultados prometedores.

Échate unas risas
El humor es un recurso indispensable en diferentes contextos. En el ámbito médico y educativo, ayuda a forjar vínculos positivos entre profesionales sanitarios y pacientes, y entre docentes y alumnado, sorprendiendo el potencial que puede tener, no sólo para aumentar el bienestar de los enfermos, sino también para reducir el estrés, la depresión y la ansiedad. Se ha visto que la introducción del juego y la diversión en las aulas mejora el logro académico y ayuda a que los estudiantes tengan experiencias de aprendizaje más enriquecedoras, facilitando los procesos cognitivos y conductuales que mejoran el potencial creativo.

Además, reírnos con frecuencia provoca cambios físicos y emocionales positivos en nuestro cuerpo. Fortalece el sistema inmunológico, mejora el ánimo, libera endorfinas, disminuye el dolor, nos relaja y hasta quema calorías. Sin duda, una buena carcajada es el mejor antídoto para equilibrar la mente y el cuerpo. Y lo mejor de todo es que se trata de un remedio gratuito, fácil de usar y al alcance de todos.
De ello pueden dar cuenta los pasajeros del metro de Berlín que se vieron envueltos en un experimento del Berlin Laughter Project que trataba de demostrar el poder contagioso de la risa. El video, que ha dado la vuelta al mundo, mostraba como una pasajera que literalmente se tronchaba de risa sin motivo aparente contagiaba de forma incontrolable a todo el vagón, provocando una desternillante orquesta de carcajadas.

La cara B
El sentido del humor también tiene mucho que ver con las diferencias individuales. Cada persona tiene su estilo particular y la maestría en su práctica está directamente relacionada con aspectos de nuestra personalidad, inteligencia y carácter. Por ejemplo, el ingenio se relaciona con la inteligencia verbal, que es justo lo que hacen los virtuosos humoristas cuando nos arrancan una sonrisa con sus ocurrencias. Y la diversión estaría relacionada con la extroversión, como ocurre con las personas cuyo desparpajo nos contagia y nos involucra en cualquier actividad lúdica, social o educativa.

Pero, bondades a parte, el humor como cualidad y herramienta social también puede ser un arma de doble filo. El sarcasmo, la burla, la ironía o el cinismo utilizados de manera destructiva pueden acarrear consecuencias negativas, conflicto y malestar. Por lo que debemos ser cuidadosos a la hora de manejar esta herramienta si deseamos estrechar lazos, crear sinergias y generar confianza con los demás.

¡Qué más se puede pedir! Tenemos a nuestro alcance la mejor receta para desintoxicarnos de malos rollos y dramas. Propiciar el humor, las risas, la diversión y la alegría en nuestra vida cotidiana no significa olvidarnos de nuestras responsabilidades o tomarnos las cosas a la ligera. Estas virtudes comparten un lenguaje común, innato y ancestral que nos conecta con los demás y nos permite sobrevivir en los entornos más hostiles. Ya lo dijo Víctor Borge: la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas.

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