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Donald Trump se sube a la tribuna con un mensaje de calma sobre el coronavirus

La falta de preparación y el escepticismo amenazan con causar el caos en Estados Unidos

El presidente Donald Trump trató de calmar los temores de los estadounidenses sobre la posible propagación del coronavirus subiendo al podio de su sala de prensa y enviando un mensaje de calma, frente al sensacionalismo de algunos medios, la retórica de algunos políticos rivales de campaña, y el escepticismo sobre si la situación es o no es tan preocupante como se ha venido diciendo.
La fobia de Donald Trump a los gérmenes es muy conocida y el presidente la utilizó para relatar, en tono humorístico, un encuentro con un amigo enfermo, mientras mostraba grafismos con datos que según dijo el mandatario, corroboran la superioridad de Estados Unidos en la contención del virus.
Trump discutió el bajo número de casos de coronavirus en los EE.UU., culpó de la reciente volatilidad en el mercado bursátil ,tanto a las exageraciones sobre la enfermedad, como a la reacción de los estadounidenses a los discursos de los candidatos demócratas a la presidencia, y aunque dijo que el gobierno se estaba preparando para el peor de los casos, no creía que vayan a llegar nunca a estar cerca de esa situación. Trump puso al vicepresidente Mike Pence a cargo de la dirección de la respuesta estadounidense a la inminente crisis de salud global.
Trump dijo que la amenaza para el público estadounidense sigue siendo baja. El día anterior, un alto funcionario de salud pública había dicho que era solo cuestión de tiempo antes de que el brote afectara al país norteamericano, y minutos antes, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) habían anunciado la identificación en California del primer caso de coronavirus.

El coronavirus y las elecciones

Mientras los candidatos demócratas parecen querer aprovechar, e incluso exacerbar, la situación para desestabilizar la campaña republicana, la Casa Blanca teme que una desaceleración de la economía pueda dañar uno de los mensajes clave de Trump durante su intento de reelección. De ahí la cuestión del escepticismo, por una parte mensajes de que el coronavirus no es más peligroso que una gripe, y por otra, el temor de que los intereses económicos estén condicionando la información que se recibe desde la administración.

Ni tanto ni tan poco

Después de la intervención de Trump en la sala de prensa, que dicho sea de paso, ha sido utilizada por el mandatario en ocasiones muy puntuales, el funcionario de carrera de más alto rango en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, transmitió un mensaje ligeramente diferente desde el mismo: no tan rápido.
La preocupación sobre la falta de preparación de Estados Unidos ante una epidemia se debe en parte a que Trump básicamente disolvió su equipo de seguridad nacional, responsable de dar respuesta a posibles brotes de enfermedades infecciosas, y en parte porque el gobierno redujo drásticamente sus esfuerzos de combate de amenazas sanitarias a nivel mundial en los últimos años. La cruzada de Trump para recortar el presupuesto de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos ha perjudicado la moral dentro de la agencia, y una congelación de contratación en el primer año de su administración dejó 700 puestos de trabajo vacantes.

Pide más poderes… y mascarillas

La administración del presidente Donald Trump está considerando invocar poderes especiales, a través de una ley llamada la Ley de Producción de Defensa para expandir rápidamente la fabricación nacional de máscaras protectoras y ropa para combatir el coronavirus en los Estados Unidos.
El secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Alex Azar, dijo a los legisladores esta semana que Estados Unidos necesita una reserva de aproximadamente 300 millones de máscaras faciales N95 (dispositivos de protección respiratoria) para que los trabajadores médicos combatan la propagación del virus. Estados Unidos actualmente solo tiene una fracción de ese número disponible para uso inmediato y China controla muchas de las materias primas y la capacidad de fabricación relacionadas con las máscaras faciales, según autoridades del Departamento de Seguridad Nacional.
Estados Unidos tiene una reserva de alrededor de 12 millones de máscaras N95 que están en línea con las certificaciones del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de EE.UU. El HHS también tiene otros 5 millones de máscaras N95 no certificadas por NIOSH por estar caducadas. Además de esas máscaras, el gobierno de los EE. UU.
Tiene una reserva de 30 millones de máscaras quirúrgicas de “tipo gasa”, que según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. son menos efectivas porque son holgadas. El gobierno pidió a los estadounidenses que no compren mascarillas, si no son profesionales de salud.

Preocupación por la respuesta de EE. UU.

Según la agencia de noticias Reuter, los asesores de inversiones están cada vez más preocupados por el hecho de que las autoridades estadounidenses no están haciendo lo suficiente para prevenir un brote generalizado de coronavirus en el país, lo que podría agregar mayor desventaja a los mercados ya maltratados.
Las críticas hacen referencia al número de pacientes hasta ahora evaluados, que dicen que ser ínfimo, a las posibles dificultades de imponer bloqueos en las ciudades estadounidenses y la preocupación de que la Casa Blanca podría obstaculizar los esfuerzos de contención.
El nerviosismo ha aumentado la incertidumbre que ha acompañado el brote de coronavirus en las últimas semanas, ya que los inversores se apresuran a ajustar el precio de sus carteras ante el potencial de daño del virus a la economía global y evaluar su mayor impacto en los precios de los activos.
Para algunos inversores y analistas, las garantías ofrecidas por el gobierno de Trump suenan huecas: las acciones sufrieron un golpe después de que las autoridades sanitarias en el condado de Nassau, Nueva York, dijeran que estaban evaluando a 83 personas que visitaron China y que pudieron haber estado en contacto con el coronavirus.
Las autoridades a pie de calle, también ven la reacción inicial de los EE. UU. poco contundente y dirigida a generar una respuesta a casos confirmados de alto riesgo o infectados, y no a una contención de salud pública más generalizada.
Según los analistas críticos ante la respuesta del gobierno, su hipótesis es que es poco probable que un gobierno de Trump elija una actividad económica reducida y la interrupción de la cadena de suministro, por lo que la propagación del virus -si surgiera en los Estados Unidos- sería imparable.
Lo cierto es que, teniendo en cuenta el bajo índice de mortalidad del coronavirus, su mayor índice de peligrosidad radica en el pánico generalizado y una crisis económica global derivada de la caída de los mercados, cuya estabilidad y solidez está poniéndose a prueba.

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