Sobre lo sucedido en el Aeropuerto de Madrid con la entrevista entre el ministro y secretario de Organización socialista y la vicepresidenta venezolana, que tiene prohibido por la Unión Europea entrar en territorio Schengen, el ministro ha mentido reiteradamente. Lo cierto es que la vicepresidenta llegó desde Caracas en avión oficial rumbo a Estambul, y que en Madrid cambió de avión por un vuelo comercial a Doha (Qatar), mientras su aeronave proseguía su vuelo llevando las 40 maletas que la acompañaban como valija diplomática -inviolable-. El Partido Popular ha denunciado los hechos, y el juez ve “indicios de delito” en lo sucedido, por lo que ha dispuesto la custodia por orden judicial de la cintas que grabaron el encuentro. Ordena que se conserven todas las grabaciones del aeropuerto en las que aparezcan ambos, y advierte que si se destruyen las imágenes se les podría acusar de un delito de desobediencia.
Respecto al contenido de las maletas, la inteligencia norteamericana y de varios países europeos coincide con la oposición al chavismo en que se transportaba a Turquía oro del Tesoro venezolano, y en que esos transportes son frecuentes en los últimos tiempos porque el Gobierno de Maduro está buscando liquidez desesperadamente. Es de suponer que el CNI español -y Pablo Iglesias- participan de estas informaciones, que la diputada canaria Ana Oramas adelantaba en una entrevista en Espejo Público, de Antena 3. El régimen de Maduro está vendiendo grandes cantidades de lingotes en el mercado internacional -también en el negro- para obtener efectivo, por lo que sus reservas de oro monetario están en su nivel más bajo en 75 años. Las ventas de los lingotes son casi la única alternativa que tiene el Gobierno de Nicolás Maduro para conseguir liquidez, ante la merma de sus ingresos petroleros y el cierre de casi todas las opciones de financiación internacional a causa de las sanciones que le ha impuesto Estados Unidos.
En este sentido, recientemente se ha informado del accidente en Aruba de una avioneta con matrícula norteamericana falsa que transportaba casi una tonelada de oro venezolano, de alta pureza, para su fundido y blanqueo; oro que fue decomisado por autoridades del país caribeño y de Estados Unidos.
Pero las conexiones españolas -socialistas- con el régimen venezolano no terminan en el incidente de Barajas ni en las relaciones financieras con Podemos. Raúl Morodo, embajador de España en Venezuela durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, su hijo Alejo, y dos socios suyos de nacionalidad venezolana y residentes en España, están siendo investigados por la Fiscalía Anticorrupción y la Audiencia Nacional por los cargos de blanqueo de capitales, corrupción y evasión fiscal. Se les acusa de ser partícipes en el presunto saqueo de la petrolera estatal venezolana PDVSA, según un informe de la UDEF que los acusa de desviar fondos de PDVSA con contratos ficticios de asesoría “carentes de toda justificación real y lógica”. Se hace constar también que la presunta trama se deshizo de dos millones de euros en inmuebles durante la investigación, y que utilizaron cuentas bancarias preferentemente en Suiza y Panamá para introducir el dinero en España.
El régimen chavista tiene muchos amigos y necesita mucho oro para fomentar -y mantener- esas amistades.
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