8m: dÍa internacional de la mujer

Luisa Sánchez: “Hay mujeres en la Policía o el Ejército; en los bomberos aún queda lucha”

La única bombera del Consorcio de Tenerife trabaja en turnos de 24 horas para velar por la seguridad de los ciudadanos mientras duermen o conducen
Luisa Sánchez es la única mujer bombera en todo el Consorcio de Tenerife. Para lograrlo ha tenido que derribar muchas barreras. FOTO: FRAN PALLERO.
Luisa Sánchez es la única mujer bombera en todo el Consorcio de Tenerife. Para lograrlo ha tenido que derribar muchas barreras. FOTO: FRAN PALLERO.
Luisa Sánchez, la única mujer bombera del Consorcio de Tenerife, ha tenido que derribar muchas barreras. FOTO: FRAN PALLERO.

Luisa Sánchez, siendo una persona anónima, tiene una importancia vital en la vida de los tinerfeños. En turnos de 24 horas, esta bombera vela por la seguridad de los ciudadanos mientras duermen o conducen. Pero no hace alarde de ello, pues reconoce que su trabajo es “como cualquier otro”. La única diferencia, sin embargo, es que mientras que las mujeres se incorporaban progresivamente en la Policía y el Ejército, la profesión de Sánchez resiste como coto masculino: “Es de las pocas en las que parece que el macho impera a sus anchas”.

– La de bombero es una profesión masculinizada, ¿hasta qué punto es así en Tenerife?

“En el Consorcio de Bomberos, que es insular, hay varias mujeres que trabajan como administrativas o en otros puestos. Pero como bombera no hay más, estoy sola. Este año sí tenemos varias aspirantes que se presentarán en las próximas oposiciones y ojalá que entren. Sé que también hay una chica que trabaja como bombera en el aeropuerto Tenerife Norte”.

– ¿A qué se debe esta desigualdad tan visible?

“Creo que tiene un peso importante el pensamiento que tenemos de que este trabajo es muy duro para una mujer. Esa idea generalizada hace que muchas chicas no piensen que éste sea un trabajo para ellas y no se presentan para optar a una plaza. Creo que la gente tiene que saber que esta es una profesión como cualquier otra, como la Policía, el Ejército o la Guardia Civil, donde antes la presencia era completamente masculina y hoy en día, por suerte, hay muchas mujeres y no pasa nada. En el caso de los bomberos, aún queda mucha lucha para conseguir que haya equilibrio”.

– ¿Cómo te surge a ti la vocación, teniendo en cuenta que no existían referentes femeninos?

“Siempre me han gustado los temas sociales y ayudar a la gente. Cuando pequeña iba mucho a la parroquia de mi pueblo y también me acuerdo de pintar dibujitos de bomberos a los ocho años de edad. Cuando fui creciendo, incluso llegué a rescatar vacas y otros animalitos, era como algo innato”.

– Y con los compañeros, ¿cómo es la convivencia siendo la única mujer?

“Con la inmensa mayoría hay buen rollo. Sí hay algunos que son… pues como en todos lados, que se creen que aún estamos en la época de Franco. Es un esfuerzo el tener que hacerles comprender que en el trabajo debe haber un mínimo de educación, comportarse con los compañeros y compañeras, porque este espacio no es solo de ellos”.

Sánchez cree que los baremos de las pruebas físicas aún deben cambiar más. FOTO: FRAN PALLERO
Sánchez cree que los baremos de las pruebas físicas aún deben cambiar más. FOTO: FRAN PALLERO

– ¿Son las pruebas físicas otro obstáculo?

“Eso es, sin duda, lo que más limita. Debe cambiar el planteamiento de las pruebas porque son muy duras. Es cierto que una chica que hace mucho deporte y se cuida puede llegar a pasarlas, pero pienso que hay que cambiar más el baremo, como ya se ha hecho con esas otras profesiones”.

– ¿Cómo fue tu experiencia a la hora de pasar estas pruebas?

“Yo me presenté cuando se creó el parque de bomberos del Sur pero suspendí. Después hubo otra especie de repesca pero también me quedé fuera. Y a la tercera lo conseguí. Había una vacante libre en el parque de Santa Cruz y superé las pruebas. Fue muy duro, me costó mucho. Aquí hay mucha gente que hace deporte, escalada, ciclismo o fútbol y eso te da muchas posibilidades a la hora de pasar la prueba. En mi caso, soy una chica de campo y lo que me gusta es caminar, sacar al perro de paseo o salir a correr”.

– También es una profesión dura a nivel psicológico…

“Sí lo es, pero yo parto de la base de que, aunque tenga partes difíciles, me gusta. Por suerte o por desgracia, para que tú duermas tranquila en tu casa o conduzcas por ahí con tu coche, tienes que saber que si pasa algo, vendrá Luisa a rescatarte. O si el perro se pierde o acaba en algún hueco, también sabes que puedes llamar a Luisa. A mí me gusta personalizar, porque la gente tiene que saber que aquí estamos para lo que haga falta. Yo tengo turnos de 24 horas y a veces a las tres o cuatro de la mañana lo que pienso es que mientras todo el mundo está durmiendo, yo estoy aquí velando para que puedan estar tranquilos”.

– De todos estos años trabajando, ¿qué momentos destacarías?

“Yo empecé a trabajar en 1993, así que en 27 años de profesión ha habido todo tipo de servicios, unos más chungos y otros más agradables. Incluso cuando se trata de rescatar personas puede ser algo bonito si consigues que todos salgan sanos. Recuerdo que uno de los servicios más fuertes fue en una galería del Sur, un rescate que duró días y en el que murieron tres compañeros. También la riada de 2002, cuando nos llamaron para ir al barrio de Los Lavaderos, donde había gente atrapada y una niña desaparecida. Nos encontramos la casa completamente anegada, encontré a la niña y la cogí en brazos, pero ya había fallecido. En esos momentos uno piensa en sus hijos”.

– ¿Qué mensaje darías a las chicas que estén pensando en ser bomberas?

“Que se formen, que se preparen, que se apunten a las pruebas y que entren en el Consorcio. Aquí hacen falta muchas mujeres porque esta es de las pocas profesiones que quedan en las que parece que el macho impera a sus anchas y eso debemos cambiarlo cuanto antes”.

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