Los sanitarios se han convertido en los soldados que luchan en primera línea contra el coronavirus. Es algo que nadie pone en duda. Nos hemos habituado a emplear una jerga más propia de una guerra que de una crisis epidemiológica para poner de relieve que nos enfrentamos a un enemigo que, a pesar de su reducido tamaño, atemoriza a la población. Por el momento, las personas cuyos sectores no son considerados esenciales o no están incluidos en la lista de actividades a reanudar, tan solo pueden ayudar a evitar la propagación del virus cumpliendo con el confinamiento y haciendo salidas únicamente en los términos expuestos por las autoridades.
Sin embargo, es posible que nuestros temores sean, en parte, infundados, si bien los representantes públicos nos repiten hasta la saciedad que debemos seguir las precauciones pautadas -y es importante hacerlo-, no deja de ser menos cierto que estamos en muy buenas manos. Cada día a las siete de la tarde salimos a aplaudir a nuestro pelotón preferido; al personal de los centros de salud u hospitales, a los servicios de emergencia (bomberos, policía…) que velan por nuestra seguridad, y, ahora más que nunca, a los empleados del sector de la alimentación, en ocasiones infravalorados, pero capitales para la supervivencia.
El sonido de los aplausos en todas las calles del país es, sin duda, un estímulo para los que se dejan la piel en el transcurso de esta crisis. Pero es por todos sabido que no es suficiente. Por eso uno de nuestros vecinos más ilustres, el fotógrafo especializado en retratos Emilio Barrionuevo, ganador de varios reconocimientos internacionales por sus impactantes instantáneas, ha decidido aprovechar lo que considera un “momento histórico” para inmortalizar a las tropas en pleno combate. En declaraciones a DIARIO DE AVISOS, el artista palmero explica que el proyecto al que ha puesto por título El año que reinó el silencio no consta solo de retratos, sino de imágenes que hacen ver “el día a día de trabajo”. Un conjunto de obras gráficas que pretende recopilar para “publicar un fotolibro a finales de este año o principios del que viene”.
Barrionuevo cuenta que, para poder realizar la primera salida de su casa el pasado lunes, tuvo que solicitar permiso. Una instancia ante la que recibió un contundente “sí” de las instituciones. “Tuve suerte”, reconoce. Y precisamente para canalizar de la manera adecuada su petición, señala que contó con una predisposición “enorme” de la gerente del Hospital y cara visible del batallón, Mercedes Coello.
Al ganador de un Premio Lux en 2017 por sus proyectos Nomads y Recuérdame, se le concedió acceso al cuartel de El Fuerte, en Breña Baja, donde se hace la mayor parte de test diagnósticos de la Isla, y al propio complejo hospitalario. “Cuando estás ahí dentro y ves lo que están pasando es increíble; están dando lo mejor de sí, perdiendo horas de sueño. Se merecen un homenaje y que quede plasmado el trabajo que hacen”, indica. Más concretamente, detalla que él y su cámara fueron a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), al servicio de Urgencias y al Coronhado, denominación que recibe el equipo que ha sido desplegado de manera excepcional en el acuartelamiento breñusco.
Pero para poder cumplir con su cometido sin contagiarse, acudió ataviado con “mascarilla, guantes y una bata”, por lo que no sintió en ningún momento que su salud corriera peligro. Más bien, cuenta que “nos entra mucho miedo por lo que vemos en redes sociales, pero cuando lo ves de cerca te da tranquilidad. Sigues las normas y sales tranquilo y relajado, sabes que no te va a pasar nada”, admite.
La zona en la que Emilio Barrionuevo tomó la fotografía que abre esta información es la máxima representación de la guerra a la que se refieren los políticos y expertos cuando hablan de un ambiente bélico. La instantánea es del interior de un refugio subterráneo, un búnker, del cuartel de El Fuerte; uno de los emplazamientos en los que decenas de valientes sanitarios velan por nuestra salud y se desviven para poner punto y final a una batalla que se está causando más bajas de las que nos gustaría. Próximamente, adelanta el autor del reconocimiento a nuestro ejército, será el turno de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los trabajadores de la alimentación.
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