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Los agoreros del COVID-19: futuristas, visionarios y falsos presagios

Esta fase consiste en la creación y puesta en circulación, principalmente a través de WhatsApp, de grabaciones de “videntes” que pretendidamente se anticiparon con pasmosa precisión al nuevo coronavirus
Militares y policías custodian las calles de La Laguna. Sergio Méndez
Militares y policías custodian las calles de La Laguna. Sergio Méndez
Militares y policías custodian las calles de La Laguna. Sergio Méndez

En un drama y desafío colectivo como el que estamos viviendo con el COVID-19, existe un espacio para los temas de los que me he venido ocupando durante décadas. Es evidente que me interesan, y mucho, el análisis de los efectos psicosociales junto a la manera de encontrar fortalezas para afrontarlos con optimismo, o las propuestas en salud y estilo de vida que pueden “vacunarnos” ante futuros escenarios de similar entidad.

Obviamente, y más escorado al “misterio” y a lo “oculto”, sigo al detalle lo que trasciende sobre la evolución del entramado geopolítico, así como el pantanoso escenario del que emergen las teorías conspirativas más variopintas. No obstante, en estas líneas pretendo ocuparme de otra vertiente, la que concierne a futuristas, profetas y videntes a los que se atribuye el haberse anticipado a la pandemia, no como una posibilidad propia de nuestro tiempo tal y como los científicos sostienen desde hace años, sino como un hecho concreto vislumbrado por ciertas personas a través de dotes que se consideran “fuera de lo común”. Y lo hago en un momento en que este tipo de información viral, que me resisto a etiquetar como “bulos” dado que no es así en todos los casos, ha entrado en una nueva fase.

Esta fase consiste desde mi punto de vista en la creación y puesta en circulación principalmente a través de wasap, de grabaciones de “videntes” que pretendidamente se anticiparon con pasmosa precisión al COVID-19. En algunos de los casos la precisión de la falsa profecía es abrumadora. Lo llamativo y sospechoso, además del extraordinario nivel de acierto, es que han empezado a circular en la última semana, cuando tal y como se presentan, fueron supuestamente realizadas hace meses. Sospechoso.

EL COVID EN EL RADAR PSÍQUICO

En primera instancia invito a tomar tierra con un punto de partida que nunca antes habíamos vivido. Estamos ante una pandemia cuya percepción de gravedad va en aumento entre la población, alcanzando niveles de alarma, difusión y expectación nunca antes logrados. No hablo exclusivamente de la gravedad derivada del binomio contagios-mortalidad, sino del impacto de su efecto global y planetario.

Hemos vivido grandes epidemias y pandemias que han arrasado con millones de vidas en el pasado, pero el mundo era entonces bastante diferente al actual. En ese sentido, lo que ocurre con el COVID-19 es por el momento, por su impacto creciente a tiempo real y dimensionalidad, único. De manera que, en el supuesto de existir “radares psíquicos” en algunas personas, que le hicieran capaces de vislumbrar el futuro, se nos antoja que un episodio así tendría que aparecer reseñado en su legado.

Esta presunción prescinde del hecho de que, de existir la facultad de anticiparnos al futuro, responde a mecanismos arbitrarios que escapan a nuestro control, por lo que la obligación de que el COVID-19 aparezca reseñado no se rige por ninguna hipotética ley de la profecía. Además, podría suceder que lo que hoy consideramos excepcional por su impacto planetario, sea una nimiedad comparado con lo que puede llegar en el futuro, en uno, dos, veinte o cien años, de forma que dichos radares psíquicos pueden haber recibido impactos de mayor entidad de los que, obviamente, no sabemos nada. Pues bien, en este ejercicio de especulación, tomando por bueno que el COVID-19 es un evento extraordinario en cuanto a su impacto, nos preguntamos, ¿aparece en las profecías? Al parecer, no, al menos de momento.

LAS LIEBRES DEL COVID-19

La primera liebre saltó con el escritor Dean Koontz, quien en 1981 en su novela Eyes of Darkness, escribía sobre un virus desarrollado en China y llevado a EE.UU., un virus llamado Wuhan-400. En una lapidaria frase de su obra se puede leer: “Wuhan-400 es el arma perfecta“ El propio Koontz  se desmarcó de quienes le ven como un vidente explicando, además, que inicialmente su virus se creaba en Rusia, pero que en ediciones posteriores y a petición de sus editores, se reubicó en Wuhan para conectarlo con los nuevos escenarios geo-políticos. Es decir, en la primera versión de 1981 era Gorki-400 y a partir de 1989 Wuhan-400.

Una segunda liebre saltó de las socorridas cuartetas de Michel de Nostradamus, que siguen siendo tan incomprensibles como siempre. El falso texto convertido en viral con su correspondiente conexión con los hechos del COVID-19 reza así:

“Y en el año de los gemelos (20-20) / surgirá una reina desde el oriente (China) / que extenderá su plaga (el virus) / de los seres malos de la noche (murciélagos) / a la tierra de las 7 colinas (Italia) / transformando en polvo (muerte) / a los hombres del crepúsculo (ancianos) / para terminar en las sombras de la ruindad (colapso económico global).

Estamos ante un fraude, ante una cuarteta inventada. No existe en los escritos de Nostradamus. Lo que si existe es otra cuarteta, bastante menos precisa, que dice:

“La gran peste de ciudad marítima. No cesará hasta que muerte no sea vengada. Condenada sin crimen del justo sangre tomada. De la gran dama por disimulo no ultrajada” (Centuria 2, cuarteta 53)
En fin, demasiada genérica y simbólica, por ello atribuible a mil episodios diferentes desde su formulación en el año 1555.

En las quinielas ha entrado también el singular clarividente y médium argentino Benjamín Solari Parravicini, quién dejó centenares de dibujos proféticos. En uno de ellos inédito parece estar encriptada la pandemia, según asegura su custodia, la investigadora Bibiana Bryson. Canalizado en 1935 muestra un rostro junto a varias formas geométricas que Bryson “descodifica”, junto al texto:“resfrío de cabeza y garganta será el principio de la gran peste” Bryson establece una correlación de los trazos del dibujo con ciertas imágenes ya icónicas de la pandemia, resultando llamativas las relativas al logotipo del Instituto de Virología de Wuhan,

Finalmente, la última de las liebres saltó con la vidente Sylvia Browne, quien en 2008 publicó End of Days: Predictions and Prophecies About the End of the World escribiendo:

“Alrededor de 2020, una enfermedad grave similar a la neumonía se extenderá por todo el mundo, atacando los pulmones y los bronquios y resistiendo todos tratamientos conocidos. Casi más desconcertante que la enfermedad en sí será el hecho de que desaparecerá tan pronto como llegue. Atacará de nuevo diez años después, y luego desaparecerá por completo”.

De lo visto hasta ahora parece precisa y además es real, es decir, que se puede rastrear en su libro de hace 12 años, dejando al criterio del lector su consideración como algo, cuando menos, curioso. En otros foros ya he explicado que no tengo simpatía alguna por el trabajo de Browne, que desconozco por completo, pero advierto al lector que no se fíe demasiado de lo que encuentre en internet, ni de la publicidad excesivamente buena ni de aquella que la presenta como un demonio. Esto último es lo que hace Wikipedia, listando un error tras otro en sus pronósticos, sin reseñar ni un solo acierto. Pero ojo al dato: de no haber tenido ni medio acierto en décadas de formular miles de pronósticos, sería más extraordinario que contar con decenas de aciertos.

LOS NUEVOS VIRALES

Concluimos con los nuevos virales de estas últimas semanas, a mi juicio, lo más vergonzosos y torticeros. Me niego a aceptar su autenticidad, y me muestro dispuesto a rectificar si sus dos protagonistas demuestran que son auténticos y no burdos montajes. El más grave se corresponde con un audio que circula por WhatsApp de Luz Arnau, que se define como clarividente y médium. En teoría se corresponde con una intervención realizada en octubre de 2019 en el programa Misteris de RAC1. El nivel de acierto es abrumador, con frases como:

Estamos más en guerras psicológicas de gobiernos y países y sobre todo más en cosas bacteriológicas. Tenemos a la población muy envejecida. […] Algo debe suceder para que marchen muchas personas, pero no gente joven, la gente joven todavía no ha ejecutado su plan […] Aparte de catástrofes naturales que va a haberlas como lluvias torrenciales, inundaciones…. acontecimientos que sucedan en China, Japón, Corea… tienen una vibración muy densa yo creo que puede ser algo bacteriológico.

Ante algo así todo dios buscó sin éxito el audio original en la fecha referida. No estaba. Tras unos días de silencio y la retirada del audio de sus espacios oficiales, los implicados ofrecieron una enrevesada explicación, alegando que existía una grabación original de esa fecha con esos pronósticos de muy baja calidad que nunca se emitió, y que ahora se ha versionado para recuperarla. En fin…Un segundo viral lo protagoniza Nube de María, autodefinida como guía espiritual, acontecido en el programa Toni Rovira y tú que se emite por diferentes canales de televisión. En este caso la predicción se produjo en la noche del 24 de diciembre de 2019, y en ella afirma:

“El 2020 es un año para el humano de pérdidas, de angustia, de incertidumbre y de miedos. Habrá un antes y un después porque la tierra va a hacer una reestructuración y nos va a poner en el sitio”, comienza señalando” (…) “El universo, nos va a castigar. Va a decir ‘no puedo más, en 2020 os voy a parar 40 días’. Y esos 40 días van a hacer mucho mal porque habrá muchas pérdidas de nuestros seres queridos, mucha gente va a llorar y la economía”.

Tampoco parece haber rastro de esa pieza en las videotecas de esas fechas, encontrándose discrepancias entre la vestimenta de la grabación y la de las fotos compartidas ese día en las redes sociales del programa. De momento, las explicaciones siguen sin darse, y las dudas, evidentemente, son más que razonables.

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