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Las mil caras de Ángel Víctor Torres

Apenas lleva un año en el cargo, y no son pocos los retos que ha tenido que afrontar

Apenas lleva un año en el cargo, y no son pocos los retos que ha tenido que afrontar. El devastador incendio de Gran Canaria, la quiebra de Thomas Cook, el apagón energético de Tenerife, y el último, el de la pandemia que ha dado paso a la peor crisis sanitaria, social y económica que podemos recordar. Y en este contexto, las habilidades de liderazgo, la capacidad de comunicar y de transmitir confianza, tienen mucho que decir. Veamos cómo es, un poco más de cerca, el presidente del Gobierno de Canarias.

NATURALIDAD Y CERCANÍA

Liderar no es sólo estar al mando, sino que implica la capacidad de interactuar, conectar, relacionarse y transmitir. En el caso de Torres, cabría destacar su naturalidad y cercanía. Comunica con sencillez, es claro y directo, sin vocablos o expresiones demasiado complejas. Con talante afable y cordial, el líder canario conserva ademanes de su época como docente, y se comunica a través de un lenguaje accesible y didáctico que cualquier persona podría entender. Se muestra tal y como es, como una persona normal. Algo que, sin duda, ayuda a proyectar una imagen de mayor confianza y franqueza.

EL ROSTRO AMABLE

El presidente de Canarias puede presumir de tener una expresión facial amable. Su habitual sonrisa le acompaña incluso en los momentos más duros, donde sabe ponerle la “mejor cara” a las circunstancias. No olvidemos que la sonrisa genuina es un elemento clave a la hora de comunicar. Además de hacernos sentir bien y favorecer al rostro, también genera sensaciones positivas en quienes la observan, y predispone al diálogo y a las buenas relaciones. Algo que va en consonancia con el uso de un lenguaje inspirado en la unidad, muy habitual en sus discursos. “Saldremos adelante”, “sabemos caminar juntos” o “superar unidos los desafíos” son algunos ejemplos que invitan a pensar en un “nosotros”, en el que se incluye con todos. En sintonía también al mensaje “Juntos Siempre” y #ContigoEsPosible que exhibe en el atril desde el que protagoniza sus comparecencias semanales.

GESTOS DE AFECTO Y PROXIMIDAD

En las distancias cortas, Torres es afectuoso y dado al contacto físico. Ya lo era antes de que la pandemia apareciera en nuestras vidas, y últimamente lo hemos visto chocando codos con los sanitarios del Hospital de La Candelaria. Un gesto de afecto y cercanía, que es además la tendencia de moda a la que se han sumado muchas figuras públicas para, de alguna manera, transmitir esa proximidad física que tanto echamos de menos.

EXPRESIVIDAD Y SENCILLEZ

En cuanto a conducta no verbal se refiere, el presidente canario tiene un lenguaje corporal muy activo. Por lo general, acompaña su discurso con abundantes gestos ilustradores y es muy expresivo con el cuerpo. Proyecta su voz con fuerza, con su particular tono algo ronco y marcado acento canario, y la emplea con énfasis e inflexiones vocales acertadas cuando el discurso lo requiere. Su apariencia es sobria y elegante. Prefiere los trajes oscuros, las camisas en tonos claros y alternar el uso de la corbata según el contexto. Lleva gafas, pero solo las usa ocasionalmente, al menos en público. Quizás un gesto de saludable coquetería.

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