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Sobrevivir en Europa

Vive Europa la “crisis del virus”, que enlaza con su “crisis de globalización”. Se expresa en el conflicto entre “democracia y multiculturalismo”. Las primeras se soportan en la ley, que nos da libertad, igualdad y fraternidad, núcleo del Tratado de la UE y sus cuatro libertades: personas, empresas, servicios y mercancías. Con el “multiculturalismo”, pasamos a un mundo de derechos segmentados en género, raza, nación, clima, escuela, migración, animalismo, historia, infancia. Libertades troceadas, que permiten el “lavado democrático” de países y opciones no homologables, basados en sistemas totalitarios, teocráticos y bolivariano-peronistas. El economista Dani Rodrik (Estambul 1957), judío sefardita, doctor en Harvard y Princesa de Asturias 2020 de Ciencias Sociales, en La Paradoja de la Globalización (2011) plantea su conocido Trilema, donde con los factores de “globalización, democracia y nación”, solo puede un país decantarse por dos de ellos, sacrificando el tercero. Los que han renunciado a la democracia, priman globalización y nación, como China y Rusia. América y el Reino Unido, de Trump y Johnson, reducen globalización a cambio de democracia y nación; América Great Again y el Brexit ejemplifican la tesis. En la UE el trilema de Rodrik se expresa en tres opciones: profundizar en la integración, fortalecer la democracia de cada país y defender la nación propia. Este esquema ofrece una compleja construcción que contamos con ocho organizaciones: la OTAN, los Fundadores de la UE, el Euro, Shengen, los PIG, los Frugales, los cuatro de Visegrado y el Parlamento UE. En la posguerra mundial se fundó la OTAN en 1949, liderada por EE.UU. en el conflicto del Telón de Acero, entre las democracias liberales y el comunismo. Doce países firmaron el Tratado de Washington, hasta 16 con Grecia, Turquía, Alemania y España en 1982 y 14 países más de Europa de Este, luego de la caída del muro en 1999. Europa firmó en 1950 el Plan Schuman, inicio de la UE con sus seis fundadores: Francia, Alemania, Italia, Holanda Bélgica y Luxemburgo, dando lugar a la UE-28, luego de los Tratados de Roma 1957, Acta Única 1987, Maastrich 1993, Amsterdam 1999, Niza 2003 y Lisboa 2009, compleja construcción en desarrollo. Como vemos con el Eurogrupo, integrado por 19 países UE, sin el Reino Unido y Dinamarca, siete países UE en trámite y cuatro microestados (Andorra, Mónaco, San Marino y el Vaticano) y con sus políticas económicas y fiscales sin integrar. Los países Schengen tienen cordón aduanero y seguridad común, 22 países de la UE, tres del este en integración, Croacia, Rumanía y Bulgaria y cuatro externos, Islandia, Noruega, Suiza y Liechtestein, con reino Unido e Irlanda fuera. Los PIG del Sur, Portugal, Italia, Grecia y Spain, con sus excesos de deuda pública, 132%del PIB de media y déficits anuales que se disparan en las crisis. De actualidad, los frugales, Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia, con deuda media PIB del 46,6% y ratio de teletrabajo del 30,3% sobre el 8 % de los PIG. Les exigen ajustes en pensiones, sistema laboral y administraciones. Los cuatro de Visegrado, Polonia, Hungría, Chequia y Eslovaquia, son ahorradores, con una deuda PIB del 46,6%, se ven discriminados en las ayudas de la reconstrucción del virus. Cierra la complejidad el Parlamento europeo, cada vez con más importancia. Con siete fuerzas ideológicas: Partido Popular Europeo, el 26,5%, liderado por Alemania; Socialistas y Demócratas, 20,7%, liderado por España; Renovar Europa, 13,9% Liberales, con Francia; Identidad y Democracia, 10,8%, derecha euroescéptica, con Francia e Italia; Los Verdes, 9,5%, Alemania-Francia; Conservadores y Reformistas, 8,8%, derecha identitaria, Polonia-España; e Izquierda unitaria, 5,5% comunistas, Alemania. Un Parlamento de complejos equilibrios, girado hacia las derechas y obligado como la UE a sobrevivir.

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